
Ya diréis que qué entrada tan poco actual. Pero es que he esperado hasta hoy para ver si me entra la risa. Y nada. Y eso que he mirado la foto cada noche.
En mis meditaciones, he profundizado en la intención de Don Javier Guerra, que era la de mostrar su compromiso con la igualdad con un punto de ironía, y tampoco he visto el punto ese por ningún lado.
La que si estaba a su lado era la conselleira de Turismo, también decorada con globitos, simulando un hombre de negocios. De ella no se guarda testimonio gráfico alguno. Es una pena, porque a lo mejor la gracia estaba en el conjunto, en la armonia de testimonios irónicos, o en la cara de la gente al verles actuando en la calle, esto son políticos, y no esos que se pasan todo el día en el despacho, si señor.
2 comentarios:
El disfraz que lleva por encima, penoso.
Claro que, sin disfraz, con el traje gris y los zapatos marrones; también fatal.
Lástima no los hayan inflado con Helio (los globitos, quiero decir) para que la física haga su trabajo y...
¡Buen viaje conselleiiiiroooooo…!
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