Anduve dando la coña a mis alumnos todo el día con un pi-pi bastante molesto que emitía la fuente de alimentación. Y terminó por estropearse en medio de la clase. Así que de vuelta a casa pasé por el Media Markt, a ver qué veía. Ví un mogollón de gente en las colas, y lo atribuí a la llegada de la primavera, que estimula las ganas de comprar estúpidos adminículos digitales. Me fuí a buscar lo que buscaba, y por supuesto, no lo encontré. Le pregunté a un joven , que me contestó pregúntale a este. Pero éste estaba ocupado, y me fuí donde aquella, que me devolvió donde éste, que seguía ocupado. Al final fui donde ese, que me dió lo que quería.
Y me puse en la cola. Como iba para largo, me puse a probar aparatos de radio. Y me encontré con Cristina Almeida, que ha vuelto a la SER, con su verborrea de toda la vida, y hablando de Garzón y de su estúpida persecución por parte de Falange Española, decía que eso sí que era meter el ojo en la llaga (qué asco, puaj). Me recordó a aquel portero del Valladolid que cuando debutó en la selección dijo que se le habían puesto los pelos de gallina.
Y llegué a la caja. Y la cajera me vió tan triste que me preguntó qué me pasaba. Y le dije que nada, que me había agobiado al ver a tanta gente delante en la cola. Y me dijo que cómo habia ido a comprar el día que devolvían el IVA a todo el mundo, y le contesté que porque no me entero de nada, que si no a ver de qué.
1 comentario:
No sé si es que he leído el egunon de hoy en un día que necesitaba reírme, o que has estado especialmente salado, o las dos cosas; pero me he reído a carcajadas. Y así con tantas ganas no me había reído desde hace un mes en clase. Las confusiones me hacen gracia especialmente, me río la primera con las que me pasan a mí. No lo puedo remediar.
Igual lo cuento ahora y decís pues no es para tanto, pero paso a intentar poneros en situación.
La clase trabajando en unos ejercicios que les había mandado, bastante concentrados la inmensa mayoría, la verdad; otras veces se ponen pesadísimos con el "a ti qué te da el 18" "pues a mi me da cero" "pues a mí no me sale" etc... pero esta vez trabajaban con soluciones, cabían pocos interrogatorios.
De pronto dos alumnos uno muy serio y de pocas palabras delante y otro con más remango detrás( esta escena os la podéis imaginar que era en un aula de secundaria) entran rápidamente en un rifi-rafe:
El de delante: "Qué, que,.... que me dejes en paz".
El de atrás:"Que no te estoy haciendo nada". (Tenía unas tijeras en la mano, que no necesitaba para hacer problemas).
El de delante. "Es que......."y se calla supernervioso. Y le señala las tijeras, ya rojo de tener que hablar tanto.
Levanto las palmas para indicarle al de atrás con un gesto que las tijeras estaban de más.
Y contesta, "tengo las tijeras en la mano pero no le estoy haciendo nada, éste que se mosquea".
El de delante, de color grana ya:" es que me está,.... me está......cortando los huevos".......Silencio...... "digo no......" Se calla.
Silencio total. Yo me echo a reír, me miran todos y se ríen también. Y tercio diciendo:" que te están "tocando los pelos" ¿no?. Le tuve que quitar hierro al error porque igual desde el año pasado no le he oído ni 15 palabras en total para ser la decimosexta "huevos" y en semejante contexto.
Después de reírnos todos un rato, también incluido el amoratado ya, le dije al de atrás que guardara las tijeras, que aunque no le hiciera nada al de delante, es normal que le estuviera mosqueando sólo con imaginarse lo que le podía hacer. Y que, venga, venga, a hacer ejercicios con formalidad.
Ya volvieron las aguas a su cauce y todos siguieron trabajando y yo me mordía la lengua para no seguir riéndome de la situación.
Es que un tímido harto, cuando se lanza....y tener que decir "cortando los pelos" cuando realmente quería decir lo que estaba pensando desde hacía ya un rato y no podía.
Vamos que le agradecí el buen rato pasado.
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