domingo, 31 de mayo de 2009

Los hombres que no amaban a las mujeres


No conozco a nadie que haya leído Los hombres que no amaban a las mujeres (Stieg Larsson) y no haya quedado seducido, de alguna manera, por el personaje de Lisbeth Salander. Por lo que muestra y por lo que esconde.

La película se estrenó ayer, y yo no pienso ir a verla. No entiendo la manía de la industria cinemátográfica de llevar a la pantalla las mejores novelas. Como si no hubiera guionistas extraordinarios y el cine no pudiera crear sus propias historias. Yo adoro las películas que nunca antes fueron novelas.

La gente sale de la sala y dice "pues yo a Lisbeth la imaginaba de otra manera". ¿Cómo le explicas que la Lisbeth que imaginó es la real, y que la que presenta el cine es sólo la que imaginó el director?

¿Cómo después de haber sido secuestrados por el torrente narrativo de Larsson, después de no dormir, de no vivir sin leer, de no poder concentrase en nada sin saber quien es Lisbeth y qué le mueve, se os ocurre ir a ver cómo lo vivió no se quién?

¿Cómo no veis, los que inundáis las salas de palomitas y desechos de todo tipo, que la literatura multiplica las posibilidades de la imaginación y el cine las divide?

Voy a escribir una novela. Empiezo mañana, aprovechando el parón laboral obligado por el comienzo del programa de desintoxicación. Y no pienso dejar que la lleven al cine. Ni aunque me lo pida Oliver Stone.

sábado, 30 de mayo de 2009

El lunes empiezo

Los expertos en gestión de personas subrayan la importancia del autoconocimiento. Dicen tambien que alcanzarlo no solo es cuestión de mirarse para dentro, sino que hay que preguntar. De manera que uno es una mezcla de lo que cree ser, lo que los demás creen que es y lo que piensa que los demás creen que es.

Anoche mi hijo me pidió que le contara un cuento del cuerpo humano. Uno de esos con desplegables que cuando levantas el dibujo de las costillas aparecen los pulmones. Estos libros maravillosos harán que la formación de la clase médica prospere a gran velocidad, porque cuando nuestros tiernos infantes lleguen a la Universidad y les expliquen los riñones recordarán que los conocen desde su más tierna infancia, y así podrán hacer la carrera en tres años.

Antes de empezar con el relato propio del sistema linfático, se me ocurrió decirle que su cuerpo funcionaba mejor que el mío. Por hacerme el simpático, ya sabes. Pero él puso morros y dijo qué va: "tú puedes tomar vino, coca cola con cocaina y café", añadió.

Así que el circulo ya está cerrado.

Yo creo que soy un señor responsable, que cuenta cuentos a su retoño para que duerma feliz.

Creo que él cree que soy un aita de los majos, porque le cuento cuentos a la hora de dormir.

Y lo que él cree en realidad es que tengo un cuerpo mejor que el suyo porque es capaz de metabolizar las drogas.

Esto es, en fín, lo que soy: un padre alcoholizado y drogopendendiente que cuenta cuentos a su hijo para hacer crecer la estúpida ilusión de que es lo que no es.

El lunes empiezo el programa de desintoxicación. Hasta la vuelta.

viernes, 29 de mayo de 2009

mono florescente


Un equipo de científicos japoneses ha dado un importante paso en la investigación médica al conseguir crear monos trangénicos portadores de la proteína fluorescente verde, que permite ver con mayor claridad la evolución de las patologías.

A mi el jet - lag me afecta mucho cuando viajo a Madrid. Irremediablemente me duermo en el avión de la mañana, rodeado de ejecutivos del Santander. Y cuando me despierto en Barajas soy víctima del desfase horario. Porque me he levantado a las cinco, porque he dormido la siesta a las siete, y porque en Madrid, aunque es la misma hora que aquí, la gente va como si fuera una hora tarde a todos los sitios.

Así que cuando leí la historia del mono "florescente" (en mi casa había florescentes y se comían cocretas con mechamel) creí hallarme bajo los efectos de tal desajuste. ¿Un mono florescente para ver mejor la evolución de la patología? Bueno, si no ves la patología, al menos ves al mono. O lo que el mono ilumine.

Me imagino que la clase médica habrá acogido con regocijo la noticia. Sobre todo los celadores, que pasaban mucho miedo llevando camas con enfermos por oscuros pasillos. Y los médicos también. Los que se enteren, claro, que ya habrá alguno que se alarme al verte entrar con la proteína en la consulta:

- pero ¿qué le pasa? está usted verde.
- no se preocupe Dr Sánchez, es mi color natural. Tomo esta porquería desde que me quitó un testículo pensando que era una amigdala. Ahora aplíquese al diagnóstico, que lo tiene a huevo.

Y si fracasan sus aplicaciones médicas, se me ocurren otras: comprar un mono florescente con patología para la mesilla de noche. Si te cansas de leer, que siga él. O que te quite las gafas y el libro de la cara cuando caes rendido o el libro es insufrible. O un mono florescente con patología para llevar en el maletero del coche por si tienes una avería. O para que no te pille el toro al hacer la mochila para el campamento de verano, que yo siempre estoy sin linterna. O para contestarle a una hija, cuando se pone pesada preguntando que si puedo ver la tele, que si puedo jugar al ordenador. Nada. Quédate mirando al mono y anota en esta plantilla de observación la evolución de la patología, que se ve estupendamente y así ayudas al porvenir de la humanidad.

Un porvenir transgénico y florescente.

jueves, 28 de mayo de 2009

7 x 8 = 52


Siete por ocho cincuenta y dos, dijo Chávez. Aproximadamente, añadió.

Yo también quiero poder meter la pata hasta el zancarrón y salir del embite provocando la risa en lugar de la llamada a degüello, que tanto apetece a tantos, por envidia o por venganza.

Caer siempre de pie. Y tener siempre abierto el paracaidas.

Que después de decir lo cabrón que eres digan pero qué simpático. E ir con camisa roja, o morada, sin que tu mujer te diga por las mañanas dónde vas con esas pintas.

Y vivir en el Caribe en lugar de esta ciudad sin sol a la que me debo por fidelidad a lo real.

Pero no me sale. No me ha salido nunca. Y así he aprendido a convivir con mis meteduras de pata.

Eso sí. Para no parecer más torpe de lo que soy, cada noche repaso con mi hijo la tabla de multiplicar. Ya voy por la del ocho.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Mierda


Cada vez que tengo una botella de patxarán casero, una bolsa de avellanas tostadas y dos horas, me leo El coronel no tiene quien le escriba. Por eso, porque la coincidencia feliz de las tres circunstancias apenas se da, es una novela que no he leído casi nunca. O muy pocas veces.



El coronel tiene la paciencia que no tengo para vivir a pesar de todo, instalado en una realidad turbia, y teniendo como enemigos a sus intestinos, al hambre. Y a la falta de dignidad.



Desde que leí el relato por primera vez, selecciono con cuidado extremo el uso de algunas palabras. Mierda, sobre todo.


-Dime, qué comemos.

El coronel necesitó setenta y cinco años -los setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto- para llegar a ese instante. Se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder:

- Mierda.


Y me prometí no usarla más en tanto no me sintiera, también, puro, explícito e invencible. Todo a la vez.

martes, 26 de mayo de 2009

Arantza


Este monigote tan chulo lo ha hecho Arantza. Este y los otros mil quinientos que circulan por Bilbao en estos días de vino y rosas rojas y blancas.

Ya dije el otro día que los cerebros de los maestros de Infantil están tan desarrollados que permiten a sus propietarios hacer dos cosas a la vez. Arantza es otra muestra más. Aburrida, porque sólo estaba leyendo un cuento de Eduardo Galeano, se puso una mañana a sacarle un uso a seis trapos que tenía por ahí, y antes de que se diera cuenta ya había sembrado de leoncitos las solapas de todos los habitantes del colegio.

Como la mujer de aquel coronel de García Márquez al que nadie escribía, hace una y otra vez el eterno milagro de sacar cosas nuevas de la nada. O de casi nada. A estas alturas del curso ya ha decorado toda la galería con cuadros de letras y números de colores, hace manualidades a un ritmo que ya le gustaría a la General Motors para sus coches y aprovechando el arreón de creatividad que le sobreviene con motivo de la fiesta de fin de curso, ha producido toda la coreografía del último trabajo de Mónica Naranjo.

Me cuentan que el otro día fue con sus hijos a ver el Rainbow Warrior, que es el barco de Greenpeace que está estos días atracado en la ría, y que en el tiempo que estuvo les arregló una vía de agua y una fuga del aire acondicionado del comedor de oficiales. Una pasada.

El de mantenimiento está negro, porque si un día se le olvidan por allí los listones y maderas que usa para reparar estanterías, se tiene que dar por jodido, que antes de que se de cuenta Arantza los convierte en una serie decorativa de vapores del Missisipi en miniatura con sus señoritas y todo saludando desde cubierta, aprovechando también el fieltro que le ha sobrado de los leones.

Y ahora en casa, contemplando la gotera del baño, me maldigo por no ser capaz, como ella, de encontrar la solución en el desván.

lunes, 25 de mayo de 2009

¿donde está el sol?


Anda alterada Garbiñe porque no ve el sol a estas alturas de mayo. No era cuestión de recordarle que esto es Bilbao y no El Ejido, por lo que le he pedido que lo deje estar, que Lorenzo pegando fuerte en primavera florida convierte a los adolescentes en armas de destrucción masiva, fruto de alteraciones que se producen en sus terminaciones nerviosas, las cuales multiplican sus extraños comportamientos.

Yo lo llevo tiempo observando: por ejemplo, cuando un chaval sube las escaleras camino de clase a las 13:40, acompañado de dos de su sexo y edad, grita. Y si delante de él van dos de su edad pero de otro sexo, grita más. Y si hace sol y calor, el berrido que pega puede llegar a romperle una o dos cuerdas vocales. Al menos.

Otro ejemplo. De todos es sabido que se ha extendido una nueva patología. Ahora el 90% de las adolescentes tienen los labios cortados permanentemente. De septiembre a junio. Por eso usan manteca de cacao. De sabores. Los que tenemos nariz y olfato hemos notado que a los distintos sabores les acompañan distintos olores. Y cuando hace calor, la mezcla convierte una clase de la ESO a las 14:00 en un lugar que huele igual que la zona de felinos del Parque de la Naturaleza de Cabárceno.

También se les altera el sentido del tiempo y del espacio, aunque esto no es exclusivo de la primavera, y algunas se embadurnan los morros con manteca en mitad de la clase, mientras otras trabajan como es de ley. Al verlas en ese afán estético - terapéutico me viene a la memoria Juande Ramos, cuando se cortaba las uñas con aquellas tijeras de podar setos, en el banquillo, en lugar de trabajar dirigiendo a su equipo.

Y se cansan. Se cansan mucho. Y tienen calor. Y protestan como si un profesor estuviera hecho para quitárselo. Y se enamoran. Y se desenamoran. Y se enamoran, pero de otro. O de otra. Y tú resoplas, pero eso no soluciona nada.

Querida Garbiñe: si todavía quieres sol antes de que toque (uno de julio), lo pides. Pero si no te importa pedir otra cosa, mejor.



domingo, 24 de mayo de 2009

Vestuario de piscina municipal, 19:00


Ver a una madre peinando a un niño pequeño tiene algo de ilustración de cuento inglés. Es una de las cosas que más me encogen el sentimiento. Siempre que no sea en el vestuario de una piscina. Entonces la escena no tiene nada de tierna.

Primero está el hacinamiento. Nada asegura que no pongas a tu hijo los calzonzillos de otro. Eso suele pasar con más frecuencia si el de al lado tambien es un padre. Las madres suelen ser más celosas de las pertenencias de sus hijos, y saben descubrir, entre dos prendas iguales, cual es la de su niña.

Luego está el vaho, que reduce la visibilidad y hace que muchas veces vistas a Olatz cuando la tuya es Henar.

Y luego que cada uno es cada uno. Si por error coges unas braguitas sucias o un calcetín con un tomate, ¿qué haces? ¿Gritas de quién son estas bragas con palominos?, ¿lo vuelves a tirar al suelo y así no pasas vergüenza ni tú ni el otro?, ¿lo haces un burruñugo y se lo das a uno que parece buscar sin que se vea claramente que te has fijado en que su hijo y/o él son unos marranos?

Además, las condiciones ambientales no son idóneas, y en el vestuario no huele a niño. Lo digo por las colonias. Ya nadie usa Denenes o Nenuco, y todo son espiderman o superman. Y no es lo mismo.

Yo hace tiempo que desistí de esa pelea porque era muy desagradable. Por un euro te peleas, pero por un hijo... Eso es contrario a los derechos humanos y te pueden acusar de trata de blancas. Así que espero fuera de la piscina, sin aglomeraciones y sin vaho.

Y mi hijo sale contento y despeinado. Las madres me miran como si fuera un mal padre. Pero es una fama con la que cargo desde de que no espero al final del tobogán.

sábado, 23 de mayo de 2009

un delfin vino a Bilbaooo (cantando)


"Está perdido y desorientado, y es importante que no se le acose, y evitarle cualquier tipo de estrés", leo en la prensa de la mañana. ¿Un profesor?, ¿una ministra?, ¿un funcionario de correos?. Nada de eso. Un delfín. En la ría de Bilbao, a la altura de la iglesia de San Antón (tan emblemática que aparece en el escudo de la ciudad), y poniéndose hasta aquí de verdel y chipirones que sobran en el Mercado de la Ribera, que está justo al lado de la Iglesia.

¿Desorientado? Ja!. Es el delfín mejor orientado del Golfo de Bizkaia. ¿Qué os pensáis que hacen todos esos cetáceos que solemos ver desde Punta Galea dando vueltas a 100 metros de la costa? Buscan la entrada de la ría como los hombres la Atlántida. Llegar a Bilbao y morir a gusto. Y este, que la ha encontrado, tiene detrás a los especialistas de la Diputación y a toda la corte celestial para hacerlo salir. Anda ya!, pensará, si estoy como Dios. En Bilbao, contemplando el Guggenheim desde una perspectiva inédita y comiendo a todas horas, sin depredadores detrás que me hagan la vida imposible.

Dicen que ayer, cuando estaba apalancado en Zorrozaurre haciendo una foto de la Carola y el Palacio Euskalduna para colgarla en el facebook, se le acercó un humano y se estresó (la noticia no dice cómo notó el humano la subida de estrés del animal). Y una porra estrés. Con lo que me ha costado entrar, de aquí no me sacáis ni a tiros, dijo en delfino. Y el buzo de la Diputación, que no sabe delfino, pensó que era estrés.

A los que tendrían que vigilar es a los de fuera, que andarán con sus servicios de inteligencia revueltos buscando al intrépido protagonista de esta historia. Como encuentren la entrada del Abra y enfilen ría arriba se va a montar una buena, y la ministra Chacón va a tener que traer la goleta del Indico para ordenar el tráfico de delfines y personas. Y la Diputación va a tener que resolver un problema de conciencia gordo, que la campaña de "aquí no queremos turistas, queremos amigos" se le va a volver en contra si ahora que vienen estos amigos marinos utilizamos las fuerzas del orden para invitarles a volver a su casa.

Yo a este delfín le hacía socio de la ABAO (Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera). Pondría una foto suya en el escudo de Bilbao para hacer compañía a los dos perritos. Y le haría cada año escolta oficial de la gabarra del Athletic. Se lo tiene merecido.

viernes, 22 de mayo de 2009

El susto de la ministra


He oído en la radio que a González Sinde, que es la titular del Ministerio de Cultura, le parece asustante que se puedan leer libros a través de soportes digitales.

Es una clásica. Como yo. Que lo primero que hago con un libro nuevo es olerlo. Aunque sea al cogerlo de una estantería de la FNAC, que por hacer esto ya me han llamado la atención un par de veces.

Y a mí también me asusta esto de los e-books. De hecho, si quiero contar un cuento de miedo a mi hijo y a sus amigos, que son muy aficionados a los relatos de intriga, hago que la protagonista sea mi PDA. Se cagan.

Sin embargo, no me sale decir que el tema es asustante. Por eso creo que la de la ministra puede ser una impresión precipitante de su descalificación pública (una leyenda urbana dice que Esperanza Aguirre, siendo Ministra de Cultura, alabó la calidad de la obra literaria de la famosa novelista Sara Mago) o realizante de diversos chistes a su costa, y todo por la alterante mania de crear vocablos sin permiso de la Academía.

jueves, 21 de mayo de 2009

A ver quien la tira más lejos

Ahmadineyad anduvo ayer probando el nuevo misil Sejil - 2, para ver si es verdad que tiene un alcance de 2000 kilómetros. Y es que sí, que tiene. Estará muy contento, porque ahora ve que puede atacar a Israel y a las bases americanas del Golfo sin moverse del sillón.

La afición por lanzar cosas lejos es algo con lo que nacemos los chicos. Recuerdo que de pequeño jugaba con mis hermanos a ver quien tiraba más lejos un escupitajo, o a ver quien llegaba con la meada más allá. En nuestro afán de superación, desarrollábamos técnicas que mejoraban nuestras prestaciones.

Como andar con estas guarradas no era nada edificante, y aprovechando que tenían práctica en lanzar piedras para matar animales, los griegos canalizaron esa pulsión hacia el deporte. E inventaron el lanzamiento de jabalina, de disco y de peso. Con éxito, porque la disciplina llegó hasta Finlandia. Y hoy, además de ser los primeros en PISA, los finlandeses son campeones mundiales y olímpicos de jabalina. Y tanto se han aficionado a tirar cosas que ultimamente han puesto de moda el lanzamiento de teléfonos móviles. Los hombres lanzan casi 100 metros y las mujeres algo menos de cincuenta. Esto es porque a ellas les cuesta más desprenderse del celular, y en el último momento, al soltar, ay, se arrepienten, y el teléfono les cae casi al lado.

Así que menos criticar. Podemos invitar al presidente de Irán a hacer de pregonero en las fiestas de Salvatierra. En ellas se entretienen lanzando boñigas de vaca y huesos de aceituna (desde la boca). Y también hay lanzamiento de boina. Así que lo mismo se anima y deja de joder con los misiles.

miércoles, 20 de mayo de 2009

La lista


1 de cada 5 españoles cree que los nombres de las personas con VIH deberían publicarse en un listado "para que quien quisiera pudiera evitarla" (a la persona con SIDA).

Hoy, mañana y pasado se celebra en Valencia el duodécimo Congreso Nacional sobre el SIDA. Se han presentado ya los datos de un estudio de la Sociedad Española Interdisciplinaria del SIDA, y ese es uno de ellos.

Separar, marcar, clasificar... yo estudié que hacer eso es estupendo para tener ordenadas las cosas. Los libros, por ejemplo. Pero uno de cada cinco amigos míos, uno de cada cinco socios del Betis, uno de cada cinco vecinos, uno de cada cinco asturianos, cree que es bueno aplicar esos principios a las personas. Supongo que piensan que si ponemos a cada uno su marca, lo tendremos todos más fácil. Y nos juntaremos a los que nos gustan y nos apartaremos de los que nos disgustan.

El otro día en el Hospital lo organizaron muy bien, y los infectados de gripe A iban marcados con su tapabocas, de manera que para evitarlos bastaba ir con la mirada al frente y ponerte en el otro lado del pasillo.

Separar, marcar, clasificar... los hombres aquí, la mujeres allí... los de la cruz gamada también lo hacían (Roberto Begnini y La vida es bella) Para generalizar el ejemplo del hospital se podría preguntar a los nazis que quedan vivos dónde guardaron los seis millones de brazaletes amarillos y con estrellita que les sobraron en tiempos del III Reich. Ponérselos a los judíos fue un acierto, porque así cada uno rompía los cristales de los que quería y evitaba molestar a los amigos.

Y siguiendo con el despropósito, y para evitar el engorro de las listas, que luego siempre te falta o te sobra alguno, deberían poder pedir a cada miembro del grupo que quieran evitar que se vistan o se arreglen igual. Pedir que los homosexuales vayan de rosa pálido, y así no se juntan con maricones. Que los Testigos de Jehová vayan con boina roja, y los del Opus con boina blanca, para que sus hijos no se acerquen a las sectas, sin que tengan que perder el tiempo en explicarles lo que son las sectas. Que los gitanos que no parezcan gitanos se cuelguen del cuello una cadena de oro de dos kilos. Que los rumanos se pongan pantalones pirata, lo que conlleva que el resto de personas no puedan llevarlos. Los subsaharianos no hace falta que lleven nada, porque como son todos negros ya se les diferencia. Que los del caso Gurtel se pongan todos bigotes como "el bigotes", que los lleva como el capitán Alatriste. Y, sobre todo, que los inspectores de Hacienda se pongan pajarita.

Yo haría una lista con esos "uno de cada cinco". Para intentar evitarlos.

martes, 19 de mayo de 2009

Gloria

Hoy, al pasar por delante de la galería de Educación Infantil, he visto a Gloria bailando y haciendo como que tocaba la guitarra delante de una cuadrilla de niños y niñas pequeñas. Gloria es maestra. No se de dónde saca fuerzas. Puede haber dormido tan mal como yo, o estar tan triste como yo, que me arrastraba por el pasillo. Le puede haber salido mal la bechamel de las croquetas, como a mí ayer. Le pueden haber pasado estas u otras cosas terribles. Pero no se le notaba nada.

Estoy muy impresionado. A mí no me gusta bailar, y por eso no soy maestro, ni monitor de aerobic. Si cuando yo estoy de bajón me tocara bailar y hacer como que toco la guitarra, me podrían pasar cosas desmesuradas, como una alteración cardiorespiratoria o una inflamación del píloro. Y la conciencia de mi propia incapacidad acrecienta mi admiración por la suya.

Porque, además, no es la única vez. He visto a los maestros y maestras de Infantil disfrazarse de payaso en noviembre, de oveja de diciembre, aunque esto es más normal, porque toca. Les he visto dar vueltas al patio en junio bajo un sol inclemente ensayando una tamborrada capaz de hacer saltar en pedazos la paciencia de Job y los tímpanos de una adolescente (los adolescentes gritan mucho porque no oyen nada). Les he visto cuidar de un autobús lleno de críos como el que vigila unas alubias mientras lee una novela del oeste. Son de las pocas personas que con dos manos hacen dos cosas, como atender a dos niños o vigilar dos clases, superando la limitación de no tener más que un cerebro, que es una limitación propia de los humanos.

Por eso rindo tributo a Gloria, y a todas las que son como ella. Ahora, sin que nos vea mi mujer, bailo con mi hija en su cuarto, para crecer también en competencias emocionales, como la de hacer cuando toca lo que no me apetece.

lunes, 18 de mayo de 2009

CCC


No sé quien hace los anuncios de la radio. A lo mejor se los encargan todos a esos con tantas luces que piensan que un murciano no es igual a nada.

En el que acabo de oir, una chica está encantada. Dice que su novio, al ver que le gustaba tanto andar pintarrajeando los libros de Contabilidad, le regaló un curso de CCC para sacarse a distancia el título de decoradora. Pues vaya plan de novio. Me la imagino devanándose los sesos pensando a ver qué le regalo yo ahora a este galán mío, que tanto gusto tiene por la cultura y tanto interés por la formación permanente. Y regalándole, también de CCC, "el inglés con mil palabras", del profesor Carlos Maurer, ese mexicano tan salado que habla con acento de Houston, y que insiste tanto en que el método de marras es S-U-Y-O.

Y ahí están, él con el present continous y ella aconsejando a una vecina quitar gladiolos, que ya no se llevan, y poner una tomatera en la terraza.

Ver, no se ven, pero eso no es lo importante. Cuando quieres a alguien, lo mejor es tenerle ocupado. Si no, ¿de qué hablas, a ver?

domingo, 17 de mayo de 2009

remedio contra el estreñimiento

Lleva mi hijo varios días con estreñimiento. Si tuviera algunos años más, le diría que se deje de all-bran y escuche la COPE. En mi navegación matutina, yo he empezado por ella y he terminado en el ABC, donde me he encontrado con Don Ignacio Camacho, que dice que el abucheo al himno español en Mestalla es un síntoma del "deterioro de la convivencia que se está produciendo bajo el régimen zapaterista, cuya confusa indeterminación ha provocado un creciente desafecto territorial hacia el concepto constitucional de España".

Mira tú. Así que la culpa de que miles de personas se pusieran a pitar al himno es de este presidente confuso que tenemos. Confuso y eficiente, habría que decir, que en sólo cinco años ha sido capaz de todo, de crear y destruir, como el Dios del Antiguo Testamento. Por un lado, crear desafectos (territoriales, qué desafectos más raros). Y además, crearlos de la nada, que cuando la derecha dejó el país nos queríamos todos mucho. Y por otro lado, destruir. Acabar sin piedad con el amor con que los territorios amaban al concepto constitucional de España. La imagen de un territorio amando a un concepto es como la de una lenteja oyendo la COPE.

Y además el presidente, el muy dejao, no tuvo la valentía de repartir a la entrada del estadio unas tiras de esparadrapo para amordazarse cada uno a sí mismo a la hora del himno.

En algo tienen razón estos alterados, que lo del deterioro de la convivencia ya lo había notado yo. Ahora, y desde que gobiernan los rojos, la gente va por la calle de mala hostia, y en la panadería han quitado la oferta de los martes, que comprando el pan te regalaban el bollo del desayuno. Pero en otra cosa no tienen razón: lo que pasó en Mestalla fue un ejemplo de convivencia de los de enseñar en las escuelas, aunque los protagonizaran vascos y catalanes. ¿Qué eso es mirar sólo lo positivo? Evidentemente. Yo soy feliz descansando los sábados aunque llueva.

Así que harían bien estos de la COPE y el ABC en relajarse, como hace el Rey, al que sospecho que estas cosas le importan una higa.

sábado, 16 de mayo de 2009

Girona


Andan gironinos y donostiarras a la gresca para ver en qué ciudad de España se vive mejor. Así que no es de extrañar la pelea por ver quien toma la siguiente iniciativa.

En su afán por aumentar el bienestar de los vecinos, a los catalanes les ha dado por bajar el nivel de decibelios de los perros, que algunos ladran muy alto. Y para ello han emitido un bando que obliga a pasear a los perros guardianes 20 minutos cada seis horas, para aminorar su estrés.

Y es que en Girona viven tan bien, tan bien, que se compran perros solo para vigilar que nadie les quite el bienestar que se han ganado con el sudor de su frente, o con el sudor de la frente de los demás, que en eso no se meten las autoridades. Es un bienestar vigilado por perros con malestar por tener que estar todo el rato atados vigilando y sin poder salir a tomarse una caña. Así que ladran y molestan. Y provocan malestar, lo cual, como todo el mundo sabe, es lo contrario de bienestar. Digamos que el de Girona es un bienestar que, si fuera una pescadilla, o un lirio, se mordería la cola.

Ya antes en esta ciudad había interés por el tema, que si tu ibas por El Call y hablabas alto te chistaban desde los balcones. Y si estabas sacando una foto a contraluz, y mierda de sol a ver si se quita, hacías así con la mano y venían dos mossos que hacían la gigantona para dar sombra y que tú pudieras sacar la foto y seguir el paseo. Y pobre del incívico que meara contra una pared, que me consta que los munipas de Girona han pirateado el manual de "interrogatorios reforzados" de la CÍA, y hasta que el aliviado no lo limpia con la lengua no se va. Pues si que estamos buenos.

Así que ahora les toca a los perros estresados. Y en consecuencia, estresantes. ¿Que qué pasa si te toca sacar a pasear al esforzado guardian a las dos de la mañana? Pues te jodes, que los donostiarras están a seis puntos y nos ganan el average.

Sin embargo, y para compensar, el Ajuntament ha ideado el bono "noches truncadas - Ayuntamiento me debes una". De tal manera que si un gironés pierde una hora de bienestar por pasear al perro que se lo cuida, el municipio se lo devuelve con descuentos para Telepizza o noches de hotel en Tamariu. Es un detalle.

viernes, 15 de mayo de 2009

Mi gente


Cuando ví a Tití Henry celebrar su gol recordé que tenía que renovar el móvil, porque en el actual recibo llamadas de un bufete de abogados de Córdoba instándome a presentarme a no se qué juicio, señor Salvador, cuando yo no soy el señor Salvador.

A juego con la decoración minimalista de las tiendas de telefonía móvil, las dependientas también suelen ser mínimas. La del otro día era tan delgada que la confundí con un ficus. Y se sobresaltó cuando me sobresalté. Fue cuando me dijo si podía ayudarme, estando yo completamente convencido de que, aunque sean seres vivos, las plantas no usan el lenguaje al modo que lo hacemos los humanos.

Y luego en la tienda todo requiere mucho trajín. Elegir el móvil parece fácil, pero para saber el precio hay que abordar el tema de los puntos. Que si tenía (¿que si tenía quién, yo o él?, ¿y quién es él? ¿en qué lugar se enamoró de tí?) puntos, me preguntó, y como yo de eso no sé, le dije que sí, que cuarenta y cuatro. Fue lo primero que se ocurrió, porque son los que tiene ahora mismo el Athletic. Y me dijo que qué pocos. Le toleré la licencia porque son pocos de verdad, los justos para asegurar la salvación matemática.

Luego me dió a elegir el contrato entre el "mi gente", "mis cinco favoritos" o "los tres amigos que perdí en la escuela". Elegí "mi gente" porque pensé que me obligaba a una reflexión bastante útil sobre el sentido de mi vida, aunque encontrarlo me llevara algún tiempo, claro está. Sin embargo, ella me pidió inmediatamente los números de teléfono de mi gente. Yo le decía que qué se pensaba, que eso suponía dividir en dos mi universo de relaciones y que necesitaba hacer unos ejercicios espirituales para poder discernir. Pero ella no pareció entender, porque estaba programada para reflexiones tecnológicas y utilitarias. Al final cedí, porque estaba haciendo cola.

Lo más duro fue llamar a todos los que ya no eran mi gente para decírles que estaban apartados del círculo de los elegidos. Entre ellos estaban amigos de toda la vida. Incluso mi hermano y un ex-futbolista que jugó en el Elche.

Ahora, mendigo de amor, cada vez que me encuentro con alguien, le pregunto si yo soy su gente.

jueves, 14 de mayo de 2009

Xavi y Xavi


Ayer descubrí que si estás varios días conteniendo el llanto al final te duele la espalda. Y las piernas. Con un dolor que sólo se quita con 2 pastillas de 650 mg de paracetamol y durmiendo ocho horas seguidas.

Compartí la final de copa con mi hijo Xavi en San Mamés. No se enteró de mucho, porque solo tiene 7 años. Guardaré esta foto para explicarle que una persona (como su tocayo el del Barça) se hace más grande cuando reconoce el sufrimiento y la grandeza de aquel contra el que pelea por ganar.

También le diré que esa noche aprendí que hay que llorar si te vienen las ganas, y no dejarlo para el final. Le contaré que el 13 de mayo de 2009 miles de seguidores del Athletic y del Barça demostraron que el deporte está al servicio de la convivencia entre las personas.

Que no esté triste por haber perdido el partido, porque lo que cuenta en el deporte no es ganar. Sino entregarse.

Y que una de las cosas más bonitas que he visto en mi vida fue su carita sonriente pintada de rojiblanco.

miércoles, 13 de mayo de 2009

estamos aquí


El hoy portero de Osasuna, Ricardo, dijo, tras debutar con la selección, que al saltar al campo se le habían puesto "los pelos de gallina"(¿una gallina con pelos?). Pues así vivo yo desde que Mejuto pitó el final del partido del sábado. Con "la carne de punta". Disfrutando a cada minuto de la orgía de banderas y sonrisas que es Bizkaia.

Estamos aquí, en la final, otra vez. Como ha sido siempre (porque siempre no es todos los años, que eso lo aprendí dando clase, porque cuando llamas la atención a alguno te contesta que siempre me dices a mí). En veinticuatro años, los que han pasado desde la última final, han cambiado algunas cosas, las superficiales: ahora los futbolistas van tatuados y con piercings, como todo el mundo; han creado la singular figura del cuarto árbitro, para hacer bonito entre los banquillos, y le han dado una pantalla con números de colores para que se entretenga si el partido es una plasta (cosa que pasa muchas veces, porque el fútbol puede ser una de las dos cosas más aburridas del mundo); no se puede perder tiempo pasando la pelota una y otra vez al portero; y los árbitros son más atléticos (añoranza de Fernández Quirós) y se entrenan y todo, aunque luego en los partidos apenas se note.

Cositas. Lo sustancial permanece: podemos ser campeones otra vez, y con lo mismo: jugadores vascos, navarros y riojanos. Y una generación, o dos, de niños y jóvenes que quieren ver si es verdad, y no un cuento de abuelos, que por el río Nervión sube una garbarra entre un millón de sonrisas y dos de lágrimas.

martes, 12 de mayo de 2009

Malditos participios


Una vez, corrigiendo un examen de Filosofía, leí esta frase: "en la sociedad actual la precisión y la certeza no están muy procuradas". Al margen, y en rojo, como es preceptivo, advertí a la examinanda de lo sugerente de su apreciación, pero que yo diría que lo que sí están es estofadas. Sí, estofadas o cocidas al vapor. Cualquiera de las dos cosas le van bien a la precisión y a la certeza, siempre que las sirvas con ali - oli.

Me vino a la memoria mi hijo. Tiene severos problemas intestinales, de manera que sus idas y venidas al excusado constituyen uno de nuestros temas habituales de conversación. Al preguntarle un día por su deposición de las siete, me dijo que le había salido estrujada. Otro participio, pensé.

Y abrumado por la incompetencia de la juventud a la hora de usar los verbos, releí el capítulo de La elegancia del erizo (¿pero todavía no lo habéis leído?) en el que la portera del número 7 de la rue Grenelle (ver foto) se indigna por el uso que los ricos hacen de la coma, como si también el lenguaje fuera de su propiedad.

Y me sentí confortado. Damanificado in solidum. Como terapia, ella se iba a leer los prospectos de las medicinas, por la tregua que nace de esta precisión en el término técnico, que proporciona la ilusión del rigor y el estremecimiento de la sencillez, y convoca una dimensión espacio - temporal de la que están ausentes la tensión en pos de lo bello, el sufrimiento creador y la aspiración sin fin y sin esperanza a horizontes sublimes.

Como terapia, yo (que no llego al armario de las medicinas por aquello de que hay que mantenerlas fuera del alcance de los niños y soy más bien bajito), anoche me leí el manual de instrucciones del centro de planchado. Y me he hecho con el de la tostadora, el despertador, la impresora y el robot de cocina para afrontar la época de exámenes finales.

lunes, 11 de mayo de 2009

Me aburro


Amy Winehouse se aburría. Se conoce que había oído antes las canciones, o que repetirlas una y otra vez, hoy en Jamaica y mañana en Navalcarnero, puede con ella. "Lo siento, estoy aburrida", dijo, en mitad del concierto, y se fue.

Por lo menos es sincera. Podía haber dicho que se había olvidado de descongelar el pescado para la cena, o se que le pasaba la hora de la OTA, o que tenía una reunión en otro sitio, que es lo que decimos los demás para desaparecer de las reuniones de vecinos.

Yo nunca me aburro. Esta perorata vacía, estúpida e insulsa como pocas, viene propiciada por un rato que he pasado en la calle, sentado a la puerta de casa, sin llaves, esperando a alguien. He intentado aburrirme pero no he podido. Ni siquiera lo limitado de mi universo sensorial -yo, mi culo concretamente, y la piedra sobre la que reposaba- ha podido con mi proverbial capacidad para entretenerme con cualquier chorrada.

El aburrimiento es una sustancia pastosa que se le pega a algunos en el genoma y les provoca malestar en el cerebro. Dicha sustancia, que permanece larvada en algún lugar de su interior, se activa con más frecuencia los domingos por la tarde y en los conciertos de Amy Winehouse.

Y como yo los domingos por la tarde no soy, y en mi vida he ido a un concierto, tengo a la bicha contenida.

domingo, 10 de mayo de 2009

chinos enojados


Llama la atención la cantidad de ministerios que en China se ocupan de la cosa de la seguridad: el de Defensa, el de Seguridad del Estado y el de Seguridad Pública. Por eso es un país tan seguro.

El embajador de China en España se ha enfadado porque un juez de la Audiencia Nacional ha pedido a China interrogar a los tres ministros en cuestión y a otros cinco altos cargos de su Administración. Al parecer, tiene indicios de que el año pasado, cuatro meses antes de los Juegos de Pekín, en su empeño por la seguridad, a los chinos se les fue la mano en el Tibet.

Y como el juez ha pedido cosas, el embajador, en justa correspondencia, ha pedido otras cosas. En concreto, le ha pedido al Gobierno español que ponga en su sitio al juez, "para evitar posibles estorbos y daños en las relaciones bilaterales entre China y España".

Será que en China, si un juez hace algo que no le gusta al Gobierno, le dan una toñeja, y él va y recula. El embajador de China debería saber, por el tiempo que lleva en España, que las cosas fuera de China no son como en China.

Ha estado bien el ministro Caamaño al subrayar lo bien que se sentirán las familias de los más de 200 tibetanos asesinados por el ejército chino, al saber que, en algún lugar bajo el cielo-no-chino, le importan a alguien.

sábado, 9 de mayo de 2009

Transferencia del conocimiento


Conviene que en las aulas de Educación Infantil los niños y las niñas tengan acceso permanente a materiales que permitan el desarrollo de actividades de investigación y manipulación. Esto lo dice la pedagogía más avanzada.

Conviene que en las explotaciones (de ganado) los animales dispongan de acceso permanente a materiales que permitan el desarrollo de actividades de investigación y manipulación. Esto lo dice la Directiva europea de bienestar animal.

A esto se llama, en el ámbito académico, transferencia del conocimiento. Lo que hacen un maestro y su novia veterinaria cuando van a cenar el viernes, después de beberse una botellita de Ribera del Duero.

Mi sospecha es que no estamos ante un caso de estos sino de los otros. Os cuento. Erik, funcionario austriaco de las comunidades europeas, lleva tres meses en Bruselas, en el Comisariado de Agricultura y Desarrollo Rural, a las órdenes de la danesa Mariann Fischer Boel. A Erik le encantan los animales. En su granja de las afueras de Linz tiene dos caballos, cinco perros, una pecera con peces tropicales, una jaula con periquitos (porque su abuelo, emigrante catalán, era socio del Espanyol), seis cobayas, un gato persa que vigila desde lo alto de la escalera, un terrario con hormigas rojas de Kenya y dos lemures. A Bruselas se ha traido un fox terrier y una serpiente. A esta para que vigile el apartamento.

A Erik le encargaron la revisión final de la Directiva de bienestar animal, antes citada. Dejo para otra digresión la investigación acerca de cómo se le ocurrió a alguien que un animal tiene que estar bien en una explotación. A mi modesto entender, eso ya supone provocar en el ganadero un cierto estupor: ¿pero esto no es una explotación? ¿En que quedamos? ¿Exploto al animal o lo entretengo? ¿O lo entretengo mientras lo exploto?

A Erik le pareció que el texto estaba redactado por uno de esos insensibles que piensan que los animales no son criaturas de Dios, sino excrecencias de su afán creador, y se puso a enmendarlo. Buscó en Google algo bonito y se encontró con el texto con el que he empezado. Era de una escuela maternal de un suburbio de Cracovia. Hizo un corta pega y se quedó tan pancho. Fue a dar de comer a la pitón y consideró terminada la tarea. Y como luego nadie revisó el texto, ahí quedó.

Las consecuencias del amor de Erik por los animales las empieza a pagar el Jaume, un payés de La Garriga al que le ha caído una multa por tener doce cerdos y solo diez comederos, sin que sirviera de nada decir que los pesebres estaban todo el día llenos hasta las cartolas, ni que se trata de animales destinados al engorde.

Y también el Quim, otro payés, este de Verges, en Girona, al que se le ha caído el pelo por tener la granja mal iluminada. Y al que tampoco sirvió de nada argumentar que él mismo se ocupa de leer el periódico a las vacas, para que estan no tengan que forzar la vista.

Pero la palma se la lleva Sebas Cornejo, de Fuentealvilla, en Albacete, que se enfrenta a una multa de 9000 euros porque en su granja los cerdos no disponen de juguetes. El pobre se defendió diciendo que no podía hablar con los puercos, y que a simple vista es imposible saber si se aburren o no. Que una vez les vió entretenidos con los airgam boys, pero que lo dejaron enseguida.

Qué queréis que os diga, por cómo estaba la butifarra que me acabo de comer, y por el desasosiego que me noto, el cerdo del que salió no había jugado al mus en su vida.

Paradigma con bigote


Pues no. Julián Muñoz no va de ponente al curso sobre periodismo y corrupción de la Universidad Rey Juan Carlos. Es otro, que sí es ponente, el que lo lleva como paradigma del objeto de curso. Es lo que ha puntualizado esta tarde el juez Torres (fue el primer juez que admitió a trámite una denuncia contra Muñoz), el cual también va a participar en el curso. Le he notado mosqueado por las rechiflas que se vienen oyendo estos días y que están haciendo caer a tan prestigiosa institución docente en un peligroso descrédito.

Ahora entiendo mejor, y se me pasa un poco la perplejidad. Esto es como cuando en un curso sobre el tratamiento que los medios dan a la violencia de género llevan a un condenado por matar a su novia. Pero solo para enseñarlo. O como cuando en un curso sobre inflación llevan a un precio. Para que los asistentes se den cuenta de cómo fluctúa él.

A mí este cambio de rol me alivia bastante, porque necesito creer en la seriedad de la institución universitaria. Pero me pregunto si al pobre Julián ya le habrán explicado que no va de ponente sino de paradigma. Porque cuando vas de paradigma a un sitio te pones otro tipo de corbata. Al menos yo.

jueves, 7 de mayo de 2009

Tengo una corazonada


La semilla la puso mi padre. Y el sirimiri de Bilbao y el olor a hierba y a puro de la Catedral (debuté en el 73, en un 2-0 contra el Oviedo, los dos goles de Antón Arieta). Y luego me creció en el corazón el cariño al Athletic Club. Y se quedó a vivir. Hasta el punto de que es el único afecto que no ha mudado desde que tengo uso de razón y hasta hoy. Mi compañera y mis hijos vinieron después, y ellos templaron, gracias a Dios, aquel espíritu encendido de la épica con la que se vivía todo desde el Fondo Sur de San Mamés.

Muchos intentaron apartarme. Y me dijeron que los futbolistas son todos unos mercenarios, y que se van al club que más les paga, y que no sienten la camiseta que sudan. También me dijeron que el fútbol es un negocio indecente, y que quienes llenamos los campos les hacemos el juego a cuatro niñatos malcriados y a sus representantes. Uno me atacó de cara, y me dijo que no puedo andar rajando contra la injusta distribución de la riqueza con una mano y alimentando la bestia con la otra.

No saben nada. Qué tendrá que ver el Athletic con el fútbol. El Athletic Club es tan Bilbao como la ría o como yo. Es más que sus futbolistas, mucho más que los chorizos que lo habitaren y que el pecado que lo poseyó.

Y sin embargo, aquellos augures hicieron mella. Y yo mismo puse tierra de por medio, como un drogadicto que se ve acabar, cuando empecé a sufrir más de la cuenta por culpa de infaustos domingos de derrotas en El Helmántico y el Carranza. Pobre infeliz. Ignoraba que la distancia no cura nada y solo aumenta la nostalgia. Nostalgia de noches de invierno en la General descubierta cantando "geuria da ta geuria" (nuestro es y nuestro) una y otra vez, hasta que se te mete dentro que el Athletic somos nosotros.

Al que empezó este cuento, a mi padre, la vida le ha dado poco ultimamente, la hijaputa. No le quedaba otra que devolverle el regalo grande de otra final de Copa. Ya la hemos ganado.

Y yo también tengo una corazonada, como Madrid.

Universidad de verano


La Universidad Rey Juan Carlos de Madrid ha invitado a Julián Muñoz a participar como ponente en uno de sus cursos de verano. Concretamente, en uno titulado "medios de comunicación y corrupción política".

Lo voy a repetir, pero de otra manera: Julian Muñoz participará como ponente en el curso que sobre "medios de comunicación y corrupción política" organizará la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, este próximo verano, en Aranjuez.

Ahora en pasiva. Julián Muñoz ha sido invitado por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid para participar como ponente en el curso "medios de comunicación y corrupción política", que tendrá lugar este próximo verano en Aranjuez.

Ahora aportando un poco de subjetividad: la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid ha tenido la ocurrencia de invitar a Julián Muñoz a hablar de corrupción en sus cursos de verano. Ya verás qué pronto se agota la matrícula.

Ahora con género literario "folleto de presentación": reforzando el perfil experiencial de los ponentes y el carácter práctico de sus cursos, la Universidad Rey Juan Carlos ha invitado a Julian Muñoz a participar en el titulado "medios de comunicación y corrupción política".

Ahora con tono larazón: Julián Muñoz hablará de la persecución al honrado gestor público en la España roja, en el curso de la Universidad de Verano de Aranjuez.

Ahora lo que se oye delante de la máquina de café del rectorado: la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, quiere que de sus cursos de verano se hable en los programas de televisión en los que más se cultiva lo intelectual, y cansada del bajo nivel de sus profesores y catedráticos, y de su nulo cerebro - appeal, ha invitado a hablar de corrupción a Julian Muñoz.

Ahora con una leve ironía: la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, "pública y preparada para tí" ha decidido utilizar mejor los fondos públicos con los que se financia, y ha invitado, por fín, a un personaje público, Julian Muñoz, para hablar de corrupción, que es algo que interesa mucho al público.

¿A que no? ¿A que hay cosas que aunque te las digan ocho veces no te las crees?

miércoles, 6 de mayo de 2009

La estructura trinitaria


¿Os acordáis de Carlota Castrejana? A mi me cae muy simpática, porque se dedicaba al triple salto, que es una disciplina atlética muy original. Parece fácil, pero tiene su complicación, y su técnica propia. Y tiene también una base teológica que la trasciende. Si te dedicas al triple salto puedes entender mucho mejor el misterio de la Santísima Trinidad, porque todo lo piensas de tres en tres. ¿Que vas a saltar?: un, dos, tres, y salto. ¿Que vas a preparar garbanzos con costilla?: sofrito, puchero y rectificar de sal. ¿Que te has levantado tarde el domingo?: café, periódico y vuelta a la cama. ¿Que te ofrecen ser Directora General de Deportes de la Comunidad de Madrid, aunque seas de Logroño?: espera que lo pienso, ay Dios Esperanza, bueno que más da pues sí.

Esta estructura tridimensional del pensamiento le va a permitir a Carlota patronear con pericia la nave madrileña rumbo a las Olimpiadas de 2016.

De momento, ya ha empezado ganándose al pueblo, porque, a la pregunta de qué tiene Madrid que no tengan Chicago, Tokio o Río de Janeiro, que parece un chiste pero no lo es, ha contestado que madrileños. Hala!. Y a la pregunta de qué tiene un madrileño que no tenga un carioca, uno de Tokio o uno de Chicago (estos dos últimos gentilicios no me los sé), que parece otro chiste pero que tampoco lo es, ha dicho que calor. Sí, calor.

No sé de qué os extrañáis. Cuando voy en metro noto perfectamente si el de al lado es madrileño o no por el calor que despide. En las tiendas de calefacción te empiezan a instalar madrileños en lugar de acumuladores. Un madrileño tiene la ventaja de que, ademas de caldear la casa, te va a buscar a los niños a la escuela, te hace los cristales, y si es apañado, te congela unos canelones que ha preparado con las sobras de la costilla y el zancarrón de los garbanzos.

Por qué un madrileño tiene más calor que uno de Río, que pasa todo el año a treinta grados de media, es un misterio que sólo los que han practicado triple salto pueden descifrar, de la misma manera en que penetran en la identidad trinitaria del Dios cristiano. Así que preguntadle a Carlota.

martes, 5 de mayo de 2009

el virus de los protocolos


Ahora que he salido del hospital he jurado no volver, que se pasa muy mal. Voy apuntando los síntomas que les conducen a otros hasta allá, y si me pasa algo de eso, consulto un catálogo de automedicación en internet y pido unas pastillas que me mandan a casa por mensajero.

A un tipo que tenía unas ronchas en la espalda lo aislaron tres días en la tercera planta porque una vez estuvo en México. Dijo que al anunciarle que, en aplicación del protocolo, tenía que quedarse 48 horas allí puso cara de "no me jodas", y que el médico no puso cara de nada pero le contestó que si quería que se fuera a casa, pero que se lo diría al juez, lo cual si que le iba a joder. Y bien.

A un amigo colombiano que tosió en el metro se lo llevaron esposado porque se resistía al de seguridad, que tenía apuntado en el protocolo que nadie podía ni toser, ni estornudar, ni sorberse los mocos, ni sacar un kleenex para limpiarse las gafas en el vagón o en el andén e irse de rositas, sobre todo si parecía mexicano.

Que no voy, que no. China y México han aplicado otro protocolo, y empiezan a intercambiarse enfermos como quien se intercambia prisioneros en aplicación de los convenios de Ginebra, con pilotos y azafatas que van con escafandra de buzo, y latas de anchoas y de mejillones con chili como todo catering, y que cada uno se abra la suya: los chinos para tí y los chicanos para mí, dicen, y avión va, avión viene, con todos los A/H N1N esparciéndose por la estratosfera. Y en una de estas resulta que estás en el pasillo equivocado del hospital y acabas en un avión camino del De-Efe o de Pekín.

Yo me quedo en casa, con internet y el jamón que no quieren los rusos. Y vino. Hasta que pase el virus de los protocolos.

lunes, 4 de mayo de 2009

Los procesos históricos tienen la culpa de todo.

Una vez pasé tres días escondido en la nieve. Tenía que terminar de leer un libro como fuera. Una novela sorprendente, en la que las palabras se ponían al servicio de la belleza y del sentido.

La lectura me impactó tanto que pensé que nada volvería a ser igual, y que en adelante las personas ya no jugarían más con las palabras al gato y al ratón. Tonto de mí.

Me encontré con un ex - obispo metido a político exitoso. Tan exitoso que le habían elegido presidente de la República. Resultó que semanas atrás, el buen hombre tuvo que reconocer que era padre de una criatura nacida de una relación que mantuvo cuando era aún obispo. Y luego tuvo que reconocer a un segundo vástago. Aparte del jolín!, que se me escapó, me abstuve de hacer ningún otro comentario porque esta feo hacer juicios de conductas ajenas, y más cuando pasan al otro lado del planeta.

Pero ahora ha aparecido un tercer hijo. Y a lo mejor aparecen más. El caso es que el presidente, cuya popularidad está bajando enteros, no se sabe si por sus paternidades o por otras circunstancias, se ha apresurado a justificar sus actos como el "fruto de procesos históricos". O sea, que si tienes un hijo siendo obispo, o dos, es fruto de un desliz, o de dos. Pero cuando el número va in crescendo es cuando ya la cosa tiene su origen en los procesos históricos.

Es estupendo ser presidente de una República. Puedes decir que las cosas que te restan popularidad en las encuestas son consecuencia de procesos históricos. Y te lo publican. Igual hay gente que lo lee y se tranquiliza: Ah, bueno, siendo así...

Así que he decidido aplicarlo a mi propia vida. ¿Que se me pegan las lentejas? A mi no me mires, habla con los procesos históricos. ¿Qué suspendo cinco? Los procesos históricos, que me tienen manía. ¿Que me duermo en clase? Los procesos históricos.

En la otra punta del mundo, la mujer de Berlusconi, harta de que su marido setentón flirtee con adolescentes, ha pedido el divorcio. No sabe que il cavaliere es víctima de los procesos históricos.

Me vuelvo a mi cabaña de la nieve.