lunes, 5 de octubre de 2009

la felicidad

Hoy estaba hablador y cariñoso, y me ha preguntado qué haría si tuviera mucho dinero. Le he contestado que me deje en paz, que no estoy para pensar en chorradas. Pero él ha seguido pensando, y me ha dejado claras sus opciones:

Primero, pagaría la hipoteca. Segundo, me compraría un ferrari. Tercero, sería feliz, y cuarto, me compraría un avión privado.

Todo bastante normal en un niño de once años.

Pero me ha impresionado su apunte solidario con el tema de la hipoteca. ¿Será que siente su peso, como yo? Y también me ha impresionado su bocadillo de felicidad entre ferrari y avión privado.

Me hace ilusión pensar que cree que ser feliz no tiene nada que ver ni con el uno ni con el otro.

1 comentario:

Sofia dijo...

Es que tu hijo es un chaval, pero no tiene un pelo de tonto. Ya tiene claro que la felicidad no depende de lo que se tiene, parece tener claro que el dinero no da la felicidad, aunque ayuda.

Está acostumbrado a pensar y seguro que tiene una colección de situaciones donde se ha sentido muy bien y no dependía de tener nada, seguro que venía más de conjugar los verbos ser o estar. Como estuvo el otro día limpiando gafas del prójimo como un poseso. Y la felicidad que le supone ser de Bilbao y .....