domingo, 18 de octubre de 2009

el caballero de la armadura oxidada

Mariano confía en Paco, pero Don Manuel no. Don Manuel confía más en Rita. A pesar ese desprecio, Paco quiere mucho a Don Manuel, pero es que Paco, como le pasaba a el caballero de la armadura oxidada (precioso el cuento de Robert Fischer), es muy amoroso, y quiere mucho a todo el mundo. Tambien quería a Alvaro, a quien en la escuela llamaban el bigotes porque no se afeitaba esa pelusilla que te sale a los quince años. Y a Ricardo, a quien el día que lo cesó le dijo que era por amor.

Además de amoroso, y como le pasaba al caballero de la armadura oxidada, Paco se tiene por bueno y generoso, y llegado a la cima, pensó que lo único que le quedaba por hacer era traer al Papa a casa. No ir a ver al Papa, que es por lo que suspiran los del Opus. O ir a una salchichería alemana el día que eligen a un papa alemán, como hizo Federico (que también es amado por Paco). No, que venga el Papa a verme. Y se lo encargó al bigotes:

- va a venir el Papa y quiero que todo quede estupendo. Organízame el evento.

El Bigotes y otro amigo que también se llama Francisco nunca habían organizado una visita de un Papa, así que se la encargaron a una empresa constructora de León, que es lo que haría cualquiera que tuviera dos dedos de frente. Porque las empresas constructoras de León lo mismo te traen un Papa que te arreglan el escalestric.

Y quedó tan bien todo y tan aseado que luego les encargaron todo tipo de eventos de esos que hacen los partidos y los Gobiernos, que si el día de la comunidad, que si el del jubilado, que si el de lucha contra el cáncer de próstata, que si el del vino de Jumilla, que si una inauguración de un pantano... siempre hay algo que celebrar.

Hasta el día que les cazaron repartiéndose comisiones. Ese día empezaron a mentir.

Todos menos Paco, que si la cagó, fue por amor.

Y eso lo comprende todo el mundo. Por eso Paco, como el caballero, sigue encerrado en su armadura de hombre bueno, generoso y amoroso.

1 comentario:

Sofia dijo...

Si pero, el viaje del caballero de la armadura oxidada era un caminar hacia la perfección, tan al contrario de "los caballeros" de tu cuento. Bueno claro, según qué perfección sea la que se busca, hasta que se ha descubierto, todo había salido perfectamente.

¿Qué pensará el Papa saberdor de las corruptelas a las que ha dado lugar su viaje a Valencia?.

¡Mira que sabemos que el poder corrompe, pero luego no deja de asombrarnos a lo que puede llegar!