miércoles, 28 de octubre de 2009

Centroamérica nuestra

Los artículos de Sergio Ramírez, ex - vicepresidente de Nicaragua, siempre son interesantes. Ayer reflexionaba en El País sobre el golpe de Vásquez y Micheletti en Honduras, y dice que éste rompe lo que parecía una tendencia consolidada en América Latina: la de los militares retirados en sus cuarteles y sin intervenir en la vida política. Qué bien están ahí. Sólo en Haití y en Venezuela se había quebrado esa tendencia en los 90. Invita Ramírez a poner las barbas a remojar, por si acaso.

Como yo no tengo barba, me he puesto a pensar, y luego he seguido leyendo el periódico, y he visto que en el país vecino, en El Salvador, había un brote verde: ARENA, el partido de la derecha, fundado por el asesino D´Abuisson, que ha gobernado veinte años dejando a los ricos, ricos, y a los pobres, pobres, se deshace poco a poco, y vive una crisis interna que no la salva ni el sinvergüenza de Cristiani, el mismo que presidía el país cuando asesinaron a Ellacu y a sus compañeros y que se fue de rositas de la investigación.

En vísperas de celebrar del vigésimo aniversario del martirio de los jesuítas y de Elba y Celina, la descomposición de la derecha arrojará está vez un olor delicioso, que se unirá al de las rosas que Obdulio, el marido de Elba, cuidaba en el jardín de la UCA.

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