jueves, 15 de octubre de 2009

Fumar puede no matar

Hace tiempo que vengo sintiendo por los fumadores algo más que cariño. Me refiero a aquellos que han tomado conciencia de que fumar es malo y no quieren que a los demás les pase nada malo por su culpa.

Los veo arrinconados en las esquinas, compartiendo confidencias, intemperies y placeres, y siento que la sociedad no ha sido justa con ellos. Fumar mata, dicen las cajetillas de tabaco, pero también matan el vacío y la soledad, y veo a mucho fumador pasivo resentido diciendo ahora me las vais a pagar todas juntas, y a mucho ex - fumador que los mira como con una mezcla de pena y altivez porque yo he podido dejarlo y tú no. Y me parece muy feo.

Hoy venía escuchando en la radio la entrevista con Vicente Amiel, catalán del Empordá, de la Costa Brava, y me han crecido las simpatías por momentos. Porque más que entrevista era un acoso, despiadado, entre dos rencorosos periodistas amargados porque un fumador de los poco respetuosos les amargó un día un arroz a banda.

Vicente Amiel ha escrito "Fumar puede no matar", una novela deliciosa en la que narra un día en la vida de Santiago, angustiado, desesperado, acosado, nostálgico de aquellos tiempos en los que fumar no te convertía en sospechoso de delitos contra la humanidad ni contra la salud pública.

El humo del tabaco de mi padre y el olor a habano en la Catedral (ahora sólo huele a mierda de marihuana en San Mamés) son sacramentos de una infancia feliz, de un mundo más preocupado por llegar a fin de mes que por comer verduras y fruta cinco veces al día, más pendiente de que no faltaran las madalenas en el desayuno que de la maldita obsesión por vivir hasta los cien.

1 comentario:

maika dijo...

Es cierto, incluso pensando en los días en que el humo era otro compañero más de clase, (¡qué aberración!)y a pesar de ser ex-fumadora- compulsiva, que no fumadora a secas,categoría,no dejo de sentir cierta morriña de aquellas bocanadas y complicidades compartidas...
Estoy contigo: no hay que obsesionarse con tanta "profilaxis mensincorporesano"...
Maika