viernes, 23 de octubre de 2009

el gran impostor

Cuando llegó a los cincuenta (llama la atención la suma, desde hoy hasta mi cuna) hizo un repaso de su vida.

Se quedó sorprendido de la cantidad de veces que había intentado aparentar lo que no era. Por seducir a una mujer, por conseguir un trabajo, por agradar al personal.

Se preguntó entonces quién era, en realidad, y se quedó sin respuesta. Medio siglo y ni la más remota idea.

Decidió entonces empezar a vivir. Pero no le dejaron.

- haberlo pensado antes, impostor.

Y se quedó sin besos para su mujer, sin informes que pasar al jefe y sin nada que decir en los postres de las cenas con amigos.

Condenado a vivir y a morir como había impostado.


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