miércoles, 19 de agosto de 2009

Transexuales

La ministra Chacón actuó nuevamente, esa vez para modificar un artículo del cuadro médico de exclusiones. Precisamente, aquel que impedía servir en el Ejécito a las personas "con la ausencia total de pene" o "pérdida, ausencia o atrofia de ambos testículos".

Lo de los testículos lo entiendo, porque yo aprendí en la mili que el español, sobre todo si es militar, tiene los cojones bien puestos. Mucho más que el resto de seres humanos militares.

Pero lo del pene no. Una vez que hay mujeres en el Ejército, todas ellas -salvo las transexuales, si las hubiere- con "ausencia total de pene" parecía discriminatorio que la ausencia del citado apéndice entre los hombres fuera causa de no poder servir a España en la milicia.

Imagino estas semanas profundas reflexiones en las cantinas de los cuarteles entre la soldadesca acerca de la utilidad del pene y los testículos a la hora de abordar las distintas materias que componen la educación militar: el orden de combate (vulgus "barrigazos"), la instrucción, las clases teóricas... Yo no recuerdo que los genitales se usaran para nada en especial. Y a veces molestaban bastante. Como cuando tratabas de tomar al enemigo una loma reptando y te clavabas ahí unos rastrojos, o cuando te tirabas de la caja del camión en marcha y te pegabas con la culata del cetme por llevarlo mal agarrado. O como cuando, porque no había de tu talla, te daban un pantalón de faena pequeño y lo llevabas todo comprimido todo el día.

El Ejército nunca me ha parecido un mundo rico en matices. Ni los militares personas especialmente sensibles a la observación de la gama de grises que se extienden entre el blanco y el negro. Por eso me pregunto si se habrán acostumbrado a la nueva situación, y distinguirán homosexuales de transexuales, y dentro de estos, los que han culminado su operación de cambio de sexo de los que no.

Yo les notaba muy cómodos antes, cuando todos eran considerados simplemente maricones.

1 comentario:

Sofia dijo...

Pues sí que estoy liada. Cuando mi marido, entonces novio, fue a la mili, le dijeron que los coj.... se dejaban colgados en la entrada al ejército y que los que tenían mando, eran los que los tenáin bien puestos.

Pero en otros momentos les decían que las cosas se hacian "por coj...." y yo entendía, que era para poder recuperarlos.

Vivo enfrente del Gobierno Militar y allí les veo tan normales, con tres diferencias con el paso del tiempo.
Una, que cada vez hay más chicas con el cedme haciendo las guardias,
Dos, ¡qué mayores me parecían cuando yo era jóven y pasaba oyendo sus "piropos"! y que jovencitos me parecen ahora que ni me miran al pasar, lógicamente.
Tres, de vez en cuando, les viene a tocar los idem, con alguna manifestación antimilitar. Y aguantan con tres coj...los cánticos,las pancartas, los disfraces y el lanzamiento de globos con pintura de colores.

Ya podéis perdonar lo grosero del comentario, pero es que esta vez Mendi lo ha puesto "a güevo".