viernes, 21 de agosto de 2009

Ripoll


Este pueblo tan bonito de la foto se llama Ripoll. A Xavier y Salvador, vecinos de la localidad, les entraron ganas de orinar. A los dos a un tiempo. Esta es una primera coincidencia nada despreciable. Es como si dos que van por la Gran Vía a las tres de la tarde sufrieran a la vez un cólico nefrítico, o les apetecieran al unísono unos caracoles "a la llauna" o unas tostadas de pascua. Y en habiendo coincidido en el deseo, buscaron juntos la forma de satisfacción, y decidieron mear en el río desde el puente. Ignoro si haciendo puntería sobre los patos que nadaban ahí abajo, porque esas son cosas que se les ocurren a los incívicos sobre la marcha.

Con tan espontánea decisión han dado lugar a una fragante actividad veraniega que los mozos de la localidad han bautizado "orinar al riu, un plaer d estiu". Y que consiste en juntarse todos a las dos de la mañana, que es cuando la vejiga está al límite de su capacidad, y mear en el rio a la vez, en plan acción popular reinvindicativa de los placeres del verano, tan indignamente reprimidos por la policía local, que en una decisión de dureza extrema y descontextualizada impuso a Xavier y a Salvador una multa de tomo y lomo, por marranos.

A mi este sucedido me parece una preciosa metáfora desde la que entender el mundo al que despertamos como a una pesadilla cada mañana. Ni a Xavier ni a Salvador, ni a los coristas que les ríen la gracia, les dijo nunca nadie que vivir con otros tiene sus pegas. Además de no poder mear en la calle, no poder echar sonoros eructos en clase de Inglés ni decir "no flipes" al profesor que te llama la atención por la grosería. Y si se lo dijeron, se les olvidó.

Claro, no se impartía aún Educación para la Ciudadanía.

1 comentario:

Sofia dijo...

¡Claro! esos chicos que hace sus "necedades" en grupo son de la etapa intermedia entre dos tipos de educación: la bien explicada por Gila ( "que hacías algo mal, te daban una torta y lo entendías, había comunicación") y la de la Ciudadanía.

Son hijos de la madre que les preguntaba "¿Con qué quieres ir al parque con la Game Boy, con la bici o con el coche de bomberos?. Y luego esa misma madre con la bolsa de la merienda, la bici, su propio bolso y el coche por si se le cansa el chiquillo, en el portal de casa le escuchaba decir que la cambiaba por el correpasillos y claro subía a por el dichoso artilugio aunque no hubiera ascensor y diciendo con pesar "si ya le había dicho yo que con la bici no se lo pasa tan bien, así aprovecho y le pongo otro bacadillo distinto de merienda, que el que le llevo lo tiró y lo pisó en la calle el otro día y no quiero que se lleve otro mal rato"