martes, 21 de julio de 2009

la fe en la humanidad

El camarero de la cubierta de la piscina del Sorolla (un buque de la Trasmediterranea que hace trayectos entre Barcelona y Baleares) es una de esas personas que demuestran que el futuro de la humanidad es esplendoroso, y no una mierda.

Trabaja sesenta días seguidos y luego descansa treinta y seis. Lo que quiere decir que tiene más de tres meses de vacaciones al año, para que luego digáis de los profesores. Y está los treinta y seis cargando pilas y energía para hacer felices a los viajeros los otros sesenta.

Me dijo que si no tenía una copa helada para la Estrella que le había pedido, la inventaba.

A mi hija le dijo que era muy educada (porque le pidió el zumo por favor, que no sé cómo se lo pedirá el resto de las niñas), lo que elevó seis grados celsius mi autoestima, porque soy responsable, según mis cálculos, del 6 u 8% de su educación.

Me facilitó el acceso a internet para compartir estas lineas con vosotros y con vosotras, y departió amigablemente con mis otros hijos sin importarle un pito sus impertinencias.

Y animó el bingo - regalo de las cinco hasta convertirlo en el acontecimiento del barco, y subieron de los camarotes y de la cubierta Neptuno a participar, porque si cantabas linea te regalaba un paquete de patatas fritas.

Y cuando nos íbamos nos besó a todos.

Hasta a mi señora, que es bastante refractaria a estas efusiones.

7 comentarios:

Sofia dijo...

Ya, trabaja dos meses y descansa uno.
Luego trabaja el doble de lo que descansa.

En el caso de la enseñanza tendría que ser: trabajar 11 semanas y descansar 5 semanas y media.
Es decir trabajar seguido 2 meses y 3 semanas y descansar 1 mes y casi medio. Lo que nos da un año de 14 meses, es decir un curso de 14 meses. ¡Muy complicado de conseguir!.

Habrá que seguir haciendo cálculos más despacio, porque yo me apunto a esa proporción de descanso/trabajo. Si me dejan. Y al final del día, seguro que estaré dispuesta a dar algunos besos.

Blanca dijo...

Pues tres hurras por él, nada más agradable que ver a un ser humano con la sonrisa en la boca cuando trabaja. Teniendo en cuenta el elevado porcentaje de nuestra existencia que dedicamos a tal menester, indica un alto nivel de sabiduría.
No me negareis que entre un chracutero sonriente y otro que no lo es, no os vais de cabeza a comprerle la mortadela al primero. Será por charcuteros...! Y quien dice charcutero, dice el del quiosco, la panadera, el camareo de la terraza de la piscina del Sorolla. Y es que da gusto ver a la gente sonreir.
Hombre, quizá lo de los besos... Puede que ahí se le fuera un poco la mano; pero si es verdad que consiguió, que de los camarotes subieran para ver si la diosa fortuna tenía a bien que aquel paquete de patatas fuera de uno..., hasta lo de los besos se le puede perdonar; lo siento por su refractaria señora.

Blanca dijo...

Esto sí que es casi bingo, eh Sofía??? (14.52 y 14.53) Bueno, esto según el reloj de Pitter, que no sé qué hora marca: sgún el mío son las 23.55 y acabo de escribir el comentario; ya veremos qué hora aparece en el blog.

Blanca dijo...

Ah, por cierto, no me importa darle una vuelta de tuerca a tu proposición días lectivos-días no lectivos. Comprendo que lo de los 14 meses es una peguilla, pero quién sabe..., ¡cosas más raras se han visto!

Blanca dijo...

Bueno, que ya son las 15.00; me voy a echar una siestecilla.

Casilda dijo...

Lo de los relojes tiene su gracia, y lo del camarero más.

Hay gente agradable que le gusta hacer pasar a los demás ratos agradables, siempre da gusto tener la oportunidad de conocer gente así, sea para un trayecto en barco o para el dia a dia ¿no?

Un abrazo Pedro, te sigo leyendo.

Sofia dijo...

Pues sí que es puntería, estábamos leyendo a Pitter y pensando el comentario al alimon
(¡al alimon, al alimon: las torres se han caído; al alimon, al alimon, haberlas levantado;
al alimon, al alimon, no tenemos dinero;
al alimon, al alimon, con qué se hace el dinero; al alimon, al alimon: con cáscaras de huevo...)los que tenéis cierta edad, conocéis la música...es que me he acordado al decir la palabreja al alimon. Bueno, a lo que iba, que se me va la cabeza a la dulce infancia.
Pues eso, que estábamos "superalavez" con el egunon, a salva sea la hora: hacia mediodía, según el horario de Pedro,y eran ya altas horas de la noche. ¡Vaya trajín de horario!, pero tú y yo con mucha sintonía.

Si consigues que te dé 12, la suma de esas maniobras de meses y días, lo llevamos a firmar en el próximo convenio..¡eh, Zuri!.