Solo llamé al 902 que marcaba el billete del ferry para comprobar el estado de la reserva, y en cuanto terminé la gestión, la persona que me había atendido amablemente me dijo:
- que tenga un buen día, Pedro Mari
Había un tono de tristeza infinita en su voz. Y solo mi padre me llama Pedro Mari.
- gracias, ha sido usted muy amable, contesté.
Permanecí unos segundos con el teléfono en la oreja, no se por qué.
- oiga, Pedro Mari...
- diga, diga...
- me dejó mi mujer.
Dudé un instante.
- ninguno de los dos nos sentimos responsables.
- lo sé, fuí yo quien dejó morir el amor.
Me acordé de la fobia que tenía a las casualidades la protagonista de la excelente comedia de Juan Tarauto Un novio para mi mujer.
Y me juré no volver a contratar con Balearia una viaje a Palma.
1 comentario:
Jo e aita que gracioso eres y hablando de otro tema te guzto el comentario que te hice.
un saludo
ANDONI
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