jueves, 16 de julio de 2009

902

Solo llamé al 902 que marcaba el billete del ferry para comprobar el estado de la reserva, y en cuanto terminé la gestión, la persona que me había atendido amablemente me dijo:

- que tenga un buen día, Pedro Mari

Había un tono de tristeza infinita en su voz. Y solo mi padre me llama Pedro Mari.

- gracias, ha sido usted muy amable, contesté.


Permanecí unos segundos con el teléfono en la oreja, no se por qué.

- oiga, Pedro Mari...

- diga, diga...

- me dejó mi mujer.


Dudé un instante.

- ninguno de los dos nos sentimos responsables.

- lo sé, fuí yo quien dejó morir el amor.

Me acordé de la fobia que tenía a las casualidades la protagonista de la excelente comedia de Juan Tarauto Un novio para mi mujer.

Y me juré no volver a contratar con Balearia una viaje a Palma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jo e aita que gracioso eres y hablando de otro tema te guzto el comentario que te hice.

un saludo

ANDONI