jueves, 27 de mayo de 2010

Ver y leer


Es sorprendente la claridad con la que algunas personas ven las cosas (tan diferente de la niebla que tengo permanentemente delante de mis ojos).

Mi compañera de trabajo tiene las gafas clasificadas en gafas de ver (también llamadas gafas "de lejos") y gafas de leer (también conocidas con el sobrenombre de gafas "de cerca"). Y por eso no confunde las unas con las otras. Y se pone unas para conducir y otras para corregir. Unas para ir al cine y otras para coser un dobladillo. Unas para mirar el paisaje de su tierra, León, tan ancho él, y otras para ojear El País.

Yo no puedo. Y no ayudó en nada el tema de las bifocales.

He pensado que por eso, porque sus gafas son de las "de ver", a mi hijo Xavi le cuesta tanto leer, aunque ve estupendamente. Ayer fuimos a la playa y no se le escapaba ni un cangrejo entre las rocas (qué tierno verle trepar con el culillo al aire y las gafas llenas de salitre bien puestas en su sitio!).

Así que mañana mismo vuelvo a Alain Aflelou a comprarle unas gafas de leer. Mira que no haber caído antes...

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