domingo, 30 de mayo de 2010

Montilla y Revilla

Un día de esta semana comparecía Montilla, el president de la Generalitat de Catalunya, en el Senado, e intentaba convencer a sus señorías de la necesidad de hacer algo para que el Estatut no se quede a vivir en el edificio del Tribunal Constitucional, donde lleva cuatro años de despacho en despacho, muerto de asco.

Revilla, presidente de la Comunidad Autónoma de Cantabria, no fue, según él, porque "oir a uno de Córdoba con traductor es muy fuerte".

De lo cual se deduce:

Primero, que a Revilla le importa un pimiento cómo funcione el Tribunal Constitucional, si bien o mal. Tiene otras preocupaciones, vamos.

También, que los de Córdoba, si van a las Cortes Generales, o hablan con el presidente de Cantabria, tienen que hablar en español, aunque sean presidentes de otro país, como Lituania, o Catalunya.

A lo mejor, que Revilla no se ha leído la Constitución, entera.

Que Revilla no sabe quien es José Montilla, o que lo único que sabe es que nació en Córdoba, aunque es catalán.

Que el presidente de Cantabria no sabe catalán, como Aznar.

Que estaba pescando con unos amigos unas anchoas para regalar a Zapatero y se le escapó el exabrupto, sin saber que había periodistas.

Pero qué país, por Dios!.

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