domingo, 2 de mayo de 2010

Ernest y la libertad


En Catalunya se convocaban unas oposiciones al cuerpo de maestros de Primaria, y el Conseller de Educación, Ernest Maragall, celoso con aquello de la libertad de culto, permitió a una mujer examinarse el sábado por la noche, debido a que su religión -pertenece a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que por lo visto debe de ser el sábado, precisamente- no le permite realizar trabajos comunes o seculares (o sea, casi todos) entre la puesta de sol del viernes y la del sábado.

A la señora la confinaron cuando empezaba el examen y hasta las 20:45, y ella manifestó sentirse feliz "porque sabía que Dios estaba con ella". Mientras, miles de pringaos estaban haciendo el examen a la hora que tocaba, y con diez horas menos para repasar que la interfecta.
Uno que se enteró del asunto salía del examen diciendo que él era de la Iglesia "metomeentodista" del decimosegundo día, y que como su religión le prohibía trabajar a cualquier día y a cualquier hora, por ser una evidente ofensa a Dios, iba a solicitar una pensión a la Generalitat para poder cubrir sus necesidades pecuniarias al tiempo que respetaba sus creencias.

Esta buena mujer hará todo por Dios, pero a mi me parece que le ha echado mucho morro. Y espero que no se enteren mis alumnos, porque si no, van a empezar a aparecer creyentes de todas las religiones en las aulas, y cada uno va a decir que tiene que guardar las fiestas un día de la semana. Y ya me veo yo confinando alumnos y alumnas por los rincones del Colegio.

Eso sí, cada uno con su dios.

1 comentario:

Sofía Cela Echevarría dijo...

Qué peligro tiene cuando llegamos a convencernos de que Dios está con nosotros. Porque si está con nosotros no está con los otros y vamos haciendo la guerra por nuestra cuenta contra todo el que no piense igual y contando con el beneplácito de Dios. ¡Es que somos su elegido y los demás no se dan cuenta!

De ese dios que nos hemos montado a nuestra imagen y semejanza, a la medida de nuestros gustos. ¡Que montamos la de dios, vamos!

Me imagino al Dios de todos, mirándonos con ternura paternal, con los brazos cruzados y balanceando la cabeza, mientras piensa con paciencia que nos tiene que dar mucho más tiempo aún.

Ala! Dando ejemplo ahora mismo de los fácil que es hacerse el dios a medida.