jueves, 13 de mayo de 2010

Reeducado, por fin.

- Si estamos aquí, dijo el profesor, es porque hemos cometido todos varias infracciones de tráfico.

- O para tocarnos los cojones, dijo una vocecilla desde el fondo.

- Buenooo, si que empieza esto animado, apuntó uno de por el medio.

- Yo no sé si tengo que estar aquí, dijo otro mirando a su alrededor.

- ¿A tí te han retirado el carnet por orden judicial?, preguntó el instructor.

- Sí.

- Pues tienes que ir al curso de recuperación total, a la otra sala, donde veas que todos tienen cara de delincuente. Coge las esposas al salir.

En la sala que ocupaba yo estábamos los que solo habíamos perdido unos pocos puntos, bastante normales en apariencia. Aunque solo en apariencia. Uno muy pesado decía todo el rato que todo es relativo. Que haya que entrar a las rotondas por la derecha es relativo, que los agentes de la policía siempre tengan razón es relativo, que el ESP estabilice el coche es relativo, que se pierdan reflejos conduciendo morao es relativo, que a 160 tardas diez minutos en frenar es relativo, todo era relativo.

Otro no paraba de moverse, que a ver esto cuando acaba, que a ver por qué no pones algún video, que por qué no hacemos debate, que si me puedo levantar, que yo por qué estoy aquí, que qué sentido tiene la vida...

La más joven discutía el caso de la mosca ocupante del vehículo que salía ilesa de un accidente por estar volando dentro del habitáculo. No daba crédito al asunto, porque a ella, cuando viaja, se le llena el parabrisas de bichos voladores.

Con todo, desde que hice el curso de sensibilización y reeducación vial soy otro. En lugar de distancia de seguridad dejo el kilómetro de seguridad, y si se me pone uno delante le doy luces para que se quite, que me estropea la seguridad. No tomo alcohol los dos días anteriores a coger el coche, porque metabolizo lento.

Y no me levanto de la mesa sin poner el intermitente.

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