viernes, 29 de enero de 2010

Obama bien vale una misa.

- ¿por qué no rezas, Jose Luis?

- porque soy agnóstico.

- Bueno oye, a mi tampoco me gusta la canción de Phineas y Ferb y la canto cada noche, por mis hijas.

- es que no me lo sé.

- pues mueve los labios.

- es que dejarán de votarme los desencantados de Izquierda Unida, que son todos unos ateos.

- Mira, no me jodas, que te quedas sin madalenas.

- No, no, ya digo algo: santicadoseatu buurbuiru voluntad en la tirarracomoenelbuururu...

A Zapatero le ha invitado Obama a un desayuno oracional en su casa. No sé si por joder o por agasajo. No podemos decir que se trate de un desayuno íntimo, o de trabajo, con un fraile echando unos rezos ahí al fondo, sino de todo un evento con 3500 personas. Algo así como lo que fue la multiplicación de los panes y de los peces pero con madalenas y mantequilla.

La Moncloa ha emitido un comunicado, como no podía ser menos, agradeciendo la invitación y mostrandose muy honrada por ella. Pero de puertas adentro hay un follón de tres pelotas, porque con la invitación el bueno de Obama le decía que tenía que ser él, nuestro flamante y agnóstico presidente, quien tenía que elegir el pasaje de la Biblia que se leyera en la pradera de Virginia en el amanecer del convite.

Contestaron diciendo que si no podía ser al revés, que Zapatero llevaba el avión a reventar de pestiños, churros, porras y todas esas marranadas que desayunamos en España que, por la novedad, gustarían mucho al llano pueblo americano, y que eligieran ellos leer el versículo que quisieran, que les daba igual porque no iban a entender nada, porque seguramente lo harían en inglés.

Y contestaron que pa tu culo pirulo, que el texto lo eliges tú, que para eso presides la Unión Europea y te rodeas de los más prestigiosos consejeros del viejo continente, y lo lees en ingles, estaría bueno.

Y ahí anda. Levantándose a las cinco de la mañana para recibir a la parti de inglés, hasta las seis, Lectura seguida de la Biblia de seis a ocho, con un cuaderno de pastas de cuero que le regalaron por Navidad para apuntar lo que le gusta, y luego departe un rato con el embajador en Washington para ver como se para el conflicto diplomático que se va a montar en cuanto les diga, en pleno desayuno oracional, que la voz de Dios en la tierra es la de los pobres, y no, como creen allá, la del presidente de los Estados Unidos.

Y si no quiere tener problemas, que le pida consejo a cualquier obispo de estos conservadores que abundan en la Iglesia española, que le explicarán cómo hablar en tono de oración, con la voz impostada así, durante veinte minutos sin decir nada.

1 comentario:

Sofia dijo...

Jolín Pedro, tiras con bala a diestro y siniestro, sin dejar títere con cabeza. Pero con razón.

Yo no sé mucho inglés, pero es bastante vergonzoso que no lo domine un presidente de gobierno en el 2010.

Y con un poco de culturilla general, tampoco será difícil escoger una lectura del evangelio, por ejemplo; porque por muy agnóstico que sea le ha tenido que tocar por protocolo asistir a misa unas cuantas veces y alguna le sonará. Claro que lo difícil es que escoja una que les vaya a gustar a los 3500 que se van a encontrar. Los americanos ya se sabe, siempre a lo grande.