sábado, 23 de enero de 2010

el alma

Diréis que somos una familia rara, pero hablamos mucho del alma.

Últimamente voy a correr con mis hijos un ratito por las noches. Los que me conocéis en persona lo habréis notado porque mi figura se va estilizando por momentos. Sin embargo, a mí lo que me gusta es cómo fluye la conversacion a la altura del kilometro dos.

- ¿el alma te entra por aquí?,
preguntó el pequeño señalándose las fosas nasales.

- !!!!!! ¿y qué es el alma?


- una cosa transparente que se va al cielo cuando te mueres.


Los alumnos de 2º de Bachillerato no hubieran dado una definición más precisa.

A la hora de la cena la hija contó cómo la profesora de Literatura había explicado que la poesía trataba de llavar los sentimientos hasta el alma misma de la persona humana, y que ella le había preguntado que qué era el alma.

- Ana, no me jodas, dice que le contestó.

Pocas cosas más bonitas hay que ver a un profesional de los conocimientos haciendo confesión pública de sus limitaciones.

Pero a mí se me ha quedado la pregunta dentro.

2 comentarios:

Blanca dijo...

Dificil de responder; quizás, ese rincón de muy adentro en el que sólo estamos nosotros; y que suele ir por libre, y nos hace sentir con fuerza ante situaciones en la que el resto de uno,parece quedarse tan pichi. Que no nos gusta mostrar, por miedo a que nos hagan daño.

Y que en algunas personas grandes, es transparente, y se va al cielo cuando se mueren.

Sofia dijo...

Cuantos más rincones del alma se dejen sólo para uno mismo, más los proteges, no hay duda; pero también se cierran a que entren los sentimientos de los demás y por miedo a que duelan, igual los hacemos insensibles.

Claro que ir a pecho descubierto tiene ese mérito extraordinario que sólo lo consiguen los santos, ya sean conocidos o anónimos, que han vaciado su alma al exterior para llenarla de acciones valientes, comprometidas y dolorosas, donde todos los demás tuvieron cabida y la hicieron tan grande como vulnerable, pero con esa capacidad de sentir al máximo todo lo que es capaz.
Cuanto más la amasen ( de amasar) los demás, es cuando más transparente se vuelve y va disfrutando del cielo.