viernes, 11 de diciembre de 2009

Jon Sobrino

La misma noche de 1994 en que el Athletic derrotaba al Milán de Capello, rompiendo una imbatibilidad de dos años, Jon Sobrino llenaba la Iglesia del Carmen con un mensaje sencillo: mientras ustedes quieran cumplir con su legítima aspiración de vivir cada vez mejor, nosotros viviremos allá en el Sur cada vez peor.


Se quejaba de que mientras él hablaba en Indautxu, sus hermanos jesuítas no le invitaran a su casa de Deusto, a la Universidad, a apenas dos kilómetros de allí.


Hoy ha sido Jon investido doctor honoris causa por la Universidad de Deusto. Hace apenas un mes los padres jesuítas asesinados en 1989 recibieron de manos de Mauricio Funes, presidente del El Salvador, la máxima condecoración del Estado.


A veces, algunas veces (el cantor tiene razón), las cosas acaban en su sitio.

2 comentarios:

Casilda dijo...

Y lo que aún queda por hacer.

Blanca dijo...

Por suerte, continúan existiendo, estos "molestos cantores"