Voy a reflexionar unos minutos sobre la razón por la cual la gente está tan contenta cuando se acerca la Navidad.
(minutos de reflexión)
Chorradas aprendidas:
- porque son unas fiestas entrañables. Entrañable es un adjetivo que solo se usa para calificar las fiestas navideñas, y que no sé qué significa. Algo que tiene que ver con entrañas, será.
- porque nuestras calles están más bonitas, con sus luces. Muy oportuno, en pleno proceso de Copenhage, y mientras Obama y Chávez llaman a ahorrar energía yéndose a la cama cuando se va el sol, venga luces encendidas en la calle, con formas estúpidas de campanas y hojas de abeto.
- porque son unas fiestas muy bonitas para los niños. Que no hacen otra cosa que pedir. El chándal oficial del Glorioso, la DS, el balón del Mundial, juegos para la Play, el oro, el moro, vamos a ver Cortilandia otra vez, papá. Piden desde las entrañas. O sea que la Navidad es entrañable.
- porque son unas fiestas familiares. Y todo el mundo sabe que aunque no te hables con tu cuñado, es entrañable ver su cara de culo enfrente toda la noche.
- porque nos juntamos todos esos días. Y como el ser humano es un ser social, cuanta más gente se junta en menos sitio, cuantas más entrañas humanas ves, más humano te haces.
Melonadas de última generación:
- porque son unos días para pasárselo bien. Esto es lo más cojonudo. Hay días para vivir y días para morir, días para reír y días para llorar, días para pasárselo bien y días para encabronarse. Uno se levanta por la mañana y dice ¿qué toca hoy?, a ver... martes veintisiete de noviembre, vaya mierda. A ver... veinticuatro de diciembre, fun, fun, fun, qué bien.
- porque son unos días en los que toda la gente está contenta. Seguro. Los pobres de Haití, o de El Salvador, o de Níger, se lo pasan de puta madre, pensando, qué bonita es la Navidad, y qué alto este año el abeto de Central Park, y qué barato el cotillón en el Ercilla, por qué no vamos. Y los parados, y las mujeres que han tenido que abortar y que tienen que oir a Arantza Quiroga y sus correligionarios del Opus decir perrerías. Todos estamos muy contentos porque toca estar contentos.
Y de Dios ni hablamos, porque a ver qué tiene que ver Dios con la Navidad.
1 comentario:
Como la historia avanza sobre lo anterior, en su momento las iglesias del románico se alzaron sobre catacumbas o lugares de enterramientos previos o de adoración a otros dioses, etc.
Ahora las ideas modernas y postmodernas se apoyan sobre las fiestas religiosas y se apoderan de aquellas ideas que les vienen bien para transmitir su ideología.
Por qué la Navidad han unas fiestas entrañables, pues porque Jesús anida en las entrañas de la humanidad, haciéndolo en las de María.
Y como el mensaje de Jesús es buena noticia, se recoge con alegría y limpieza de corazón; y cuando por ese motivo estás feliz, se te nota por fuera; de ahí vienen las luces y los escaparates bonitos después.
Jesús dijo "ser como niños" por la capacidad de admiración que tienen en el descubrimiento de las cosas. Había esa magia en los niños, pero que ahora se utiliza para engancharles en el consumismo.
Son fiestas familiares y nos juntamos porque así lo hizo Jesús el día de la ultima cena, para transmitir la idea de fraternidad y solidaridad. Sólo que ahora se ha perdido el motivo y nos juntamos aunque haya rencillas y sin pensar en intentar limarlas. Si te descuidas se potencian durante las cenas.
Son días para estar contento porque llega la "buena nueva": Dios con nosotros y para siempre. Pero ahora Dios es el consumo, el tener, el dinero para gastar, la lotería...
Pero todo eso que sí que tiene que ver con Dios y la Navidad se ha vaciado de contenido y se ha llenado del otro y el espíritu de las fiestas originarias se ha travestido y nada ya les puede decir a los países pobres...que no sea que las navidades son una vergüenza por agravio comparativo.
A pesar de todo lo dicho, a mí me parece que rascando lo superficial, en el fondo queda aún la idea inicial y que por la ley del péndulo histórico acabará surgiendo con mayor fuerza y desplazará a las actuales navidades que sólo nos llevan a la cuesta de enero.
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