jueves, 24 de diciembre de 2009

Nochebuena


Decía el otro día a unos alumnos de Bachillerato que miran demasiado arriba cuando alguien les habla de Dios. No sé qué les habrán contado de él.

- encontraréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

Este sí que tenía razón. Para encontrar a Dios había que buscar en los sitios más cutres, empezando por donde comen las vacas. Para que os salga un pesebre en google tenéis que escribir "comedero de ganado", porque si escribís "pesebre" aparecen bonitas escenas en las que el niño Jesús aparece cómodamente recostado en un mullido colchón hecho con pajas, refocilándose al calor ambiental que emitían dos seres del reino animal a los que dos seres extraños del reino humano les habían puesto un tercero más pequeño en el plato de comer.

Para aquel niño, entonces, no había sitio en las posadas. Y como la escena se nos hace insoportable, nos pusimos a pintar pesebres tan bucólicos que dan ganas de quitar el niño y tumbarse uno. Y mulas y bueyes que en nada desmerecen al calor del gas natural, en lugar de apestosos animales que se tiran pedos y babean.

Aquella noche no hubo sitio humano donde poner a Dios. Así que fue a ponerse donde las vacas.

Seguro que sigue ahí. Así que podemos terminar como termina la historia: ¿que hacéis ahí como bobos mirando al cielo?. Os invito a mirar el pesebre. No el del Belén, no, sino este que he encontrado donde puse "comedero de animales".

Guztioi, gabon zoriontsuak.

2 comentarios:

Sofia dijo...

Y nada tiene que ver la comida de un pesebre con las grandes cenas de esta noche. Claro que nos dejamos contagiar por los que miran arriba para ver a Dios. Y así nos va. Nosotros con mala conciencia y los que no tienen para comen una noche más con el estómago vacío.

Cada vez hago más normalita la cena de Navidad.

Blanca dijo...

No hay que buscar mucho para encontrar "pesebres" hoy; debe ser que aunque no le veamos, realmente está entre nosotros.

Un abrazo a todos.