jueves, 10 de diciembre de 2009

curvas

Toda la maña que tengo al aparcar se convierte en impericia cuando tengo que trazar las curvas de una autopista a 120 km/h. Si voy por la derecha y la curva es a la izquierda y no viene nadie por ese carril, bien, porque me voy desplazando hacia él y así tengo más sitio y menos curva. Si me he quedado atontao en la carril de la izquierda después de adelantar y la curva es a derechas, pues me voy cerrando y así acorto camino.

Pero si estoy a la izquierda y la curva es a izquierdas o a la derecha y la curva es a derechas, las paso putas para hacer una trazada decente. A veces lo intento apretando contra el asiento la nalga contraria, pero al cabo de seis u ocho curvas me duele la espalda. También ladeo la cabeza al otro lado, como hace Sebastian Vettel, en plan gran premio de Hungría de F1, pero entonces desde el asiento de atrás sale una vocecilla diciendo que a ver si me pasa algo. A veces suelto el acelerador y me dejo ir, acelerando al final de la curva como me enseñaron en la autoescuela, pero entonces el citroen cabecea un poco y si estoy en la izquierda los de atrás se ponen nerviosos y me dan luces y me dicen alguna cosa, porque yo les veo gesticular por el retrovisor, que en esas cosas me fijo bastante.

Me han contado que todo esto se produce como consecuencia de la fuerza centrípeta, que hace que cualquier coche vaya hacia el centro de la autopista en cuanto te despistas, como si tuviera querencia, como los toros a las tablas. Pero yo estoy a lo que estoy y no me puedo poner a pensar en problemas de Física. Siempre se puede ir a 80, y entonces lo bordo, pero los ocupantes del vehículo se ponen nerviosos. Así que seguiré intentando técnicas y posturas. Vencer o morir.

3 comentarios:

Sofia dijo...

¡Qué número más chulo de visitas tenías cuando he entrado el 6699, precioso!

Pues sí hay una ley en Física, la 4ª ley de Newton que dice "a toda acción le corresponde una reacción igual y de sentido contrario". A ti te han hablado de la fuerza centrípeta (que atrae hacia el centro de curvatura del trazado) pero va emparejada con la centrífuga (que sientes de desplazamiento en sentido contrario, es decir hacia fuera del trazado que vas realizando). Como son iguales, pero al contrario, cuanto más velocidad lleves acercándote a la izquierda, por ejemplo, más tirará el coche hacia la derecha. De ahí vienen las salidas de la calzada si el peralte no es el adecuado, elevándose un poco siempre hacia fuera de la curvatura, para compensar la centrífuga.

De ahí que lo mejor es ir frenando un poco antes de la curva y cogerla a menor velocidad para adecuarte al proceso físico sin grandes sobresaltos. Así es, cuando los de dentro no deben ponerse nerviosos y si es así les cuentas la cuarta ley de la Dinámica ésta de Newton. Y les cuentas que por ese mismo motivo suben los columpios en el carrusel, sale el martillo disparado al soltarlo el lanzador de martillos, se elimina el agua en los centrifugados de la lavadora, etc.....

O les cuentas el chiste de por qué el perro mueve el rabo. Y es..... porque el rabo no puede mover al perro.

Que tiene mucho que ver con las fuerzas centrífugas y centrípetas también, pero eso es para la lección de Física de otro día.

Blanca dijo...

Total, que si no es la centrípeta que te arrastra, sin remedio, hacia lo cerrado de la curva, pese al ingenioso movimiento de la nalga correspondiente, viene la otra -la centrífuga- y te manda a tomar... ¡Vamos, fuera del Planeta!!!


En fin, que las curvas..., son muy peligrosas; concluyendo.

Casilda dijo...

Esque eso de conducir no es fácil por lo visto Pedro, yo ayer conseguí arrancar un coche y del susto pegué tal frenazo que ahí acabó la clase.

:D