jueves, 17 de diciembre de 2009

Arantza Quiroga


El Opus elige a su miembros de entre las élites pijas más bien selectas. Por eso yo no entré. Nos llevaban a jugar al pabellón de La Casilla y luego nos invitaban a merendar a un club de los suyos, donde el comisario político - religioso nos hacía preguntas, sobre chicas, y así. Todo me sonaba raro y, cosa extraña en mí, me mantuve fiel a mis principios, que no sé si tenía principios, y pasé de ellos.

Una vez que elige a sus miembros, el Opus los pone a funcionar, para que desde los puestos de responsabilidad, mejor cuanto más altos, hagan de esta mediocre sociedad nuestra una sociedad a la medida de lo que don Josemaría creía que era la obra de Dios.

Por eso, los imagino haciendo chalos con las orejas al ver a Arantza Quiroga aupada a la presidencia del Parlamento Vasco. Con su caracteristico sonsonete estúpido y servil, Quiroga se descuelga diciendo que Munilla "dice lo que dice la Iglesia", como si lo que dicen los curas guipuzcoanos que firman el escrito mostrando su pesar por el nombramiento no lo dijera la Iglesia. Como si lo que sienten muchos cristianos guipuzcoanos, aunque tengan esa enfermedad que Quiroga llama nacionalismo (que es la misma que tiene ella pero de otro signo, como la gripe, que puede ser A o estacional, aviar o porcina, de cojones o más bien llevadera) no lo sintiera la Iglesia. Esto es así porque para los del Opus la Iglesia es lo que tienen por encima, que dado lo altos que están, es más bien poco. Y le alaba el gusto al Papa por haberse dado cuenta de lo enferma que estaba la Iglesia vasca, y por arremangarse para poner las cosas en su sitio con un nombramiento que escuece al clero. Nacionalista, por supuesto.

Pues a ver si se enteran, Quiroga, el ABC, el Grupo Prisa y el Opus Dei. En los Seminarios vascos hace treinta años, y veinte años, no sé hoy, los únicos que no entraban eran los que querían el púlpito para tener el protagonismo que no les daba la vida, los que mostraban desafecto por la gente, fueran nacionalistas vascos o españoles, que a nadie le preguntaban por su filiación política, los del Opus, los kikos, los raritos, los de Comunión y Liberación, los que odiaban, aunque fuera al euskara, o al castellano. porque el odio es asqueroso y no se casa con quien quiera ser cura.

Y los que no podía entrar en los seminarios vascos se iban a Roma, o a Toledo, o a Orihuela, donde no hacían preguntas. Allí se preparaban para defender la doctrina, que debe ser una cosa muy importante pero que a la mayoría de los cristianos no les quita el sueño. Porque los enemigos de los hombres, o sea, de Dios, son el hambre y la injusticia. Ahora que pintan oros vuelven los romanos para que les den un sitio desde el que defender la fe, aunque ese sitio esté lejos de las preocupaciones de la gente: a defender lo de los crucifijos en las paredes y la lucha contra el aborto, a hacer vigilias de la Inmaculada y a invitar a todos a la Comunión.

A Dios gracias que a Munilla le harán el mismo caso que él hacía a su obispo, Uriarte. O sea, ninguno. Y seguro que a él le importará un pimiento, porque la diócesis guipuzcoana le ha sido dada para firmar tres pastorales y aparecer de vez en cuando en prensa girando el discurso de la Iglesia vasca de los últimos treinta años.

A Quiroga le parece que la carta que han firmado los curas guipuzcoanos contiene auténticas barbaridades, porque no acepta la decisión de Ratzinger con la misma sumisa obediencia que a ella le es obligada. Por ser del Opus y de derechas.

Es lo que pasa con el Opus. Buscan las élites, sí, aunque no sepan distinguir la velocidad del tocino.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Esta entrada bien vale como definición en wikipedia, o cualquier otro diccionario de sinónimos de:
"Cargar tintas"
Pues OLE :)

Tula

Blanca dijo...

Esto sí que es decir "desde las tripas", y decir verdades como puños.

Lo firmo TODO

Sofia dijo...

Pedro, poco más se puede añadir, que tristemente "así es".

Se puede decir más alto, pero no más claro. Y tú también eres Iglesia.

Anónimo dijo...

que subnormales soys todos, cada uno tiene sus creencias, y en este caso yo comparto con ella las mismas. Tng 17 años y me enorgullece pensar asi, y mi chica tmb, asi que no es la única.
La hipocresía dónde llega por Dios.