domingo, 27 de diciembre de 2009

ahora tiran de todo

Tirarle un zapato al presidente de los Estados Unidos, tirarle otro zapato al que le tiró un zapato al presidente de los Estados Unidos, tirarle un llavero a Berlusconi, empujar al Papa... qué mania de tirar cosas. Parece que se va abriendo paso entre nosotros el magnicidio cutre, el de baja intensidad, de barrio, contundente y barato a la vez, porque los agresores se ahorran el trajín del mercado negro para las armas o los explosivos, y también las molestias derivadas de los arcos de seguridad y los siempre incómodos cacheos.

Se ve que la gente ve la tele, y cómo en los estadios de fútbol algunos enajenados arrojan de todo. Menudillo, antes que nada: unas monedas, unos escupitajos, el papel del plata del bocadillo, unos aviones de papel, que si aterrizan de punta en lo blanco del ojo te hacen una avería, en fin, cosas de poca monta, aunque con un potencial dañino nada despreciable. Luego también los hay que arrojan navajas de Albacete y cabezas de gorrino, pero esos son los menos.

Y el tema, como veis, se exporta ahora a las ruedas de prensa y a los multitudinarios recibimientos y despedidas a los Jefes de Estado o de Gobierno. Esto hará que se disfracen de astronautas para comparecer en público.

Y perderán su natural atractivo. Esto es lo peor.

2 comentarios:

Sofia dijo...

No sé si es peor perder el atractivo o perder unos cuantos dientes si el llavero lleva una reproducción de la catedral de Milan....más desesperante es perder la dignidad de personas actuando así mezquinamente.

Y no lo digo por los que están perturbados, pobrecillos ya tienen bastante; sino por los cuerdos que pierden o perdemos los papeles por ejemplo desgañitándonos para insultar al árbitro.

Es el poder que otorga la masa de gente reunida, que nos desinhibe en lo personal. Aunque no siempre es para mal, a mi me encanta como suena la catedral de San Mames al grito de Athletic, de forma que resuena en el pecho emocionándote y lleva en volandas al equipo hacia grandes logros.

Blanca dijo...

¡Y pensar que estamos inmersos en las nuevas tecnologías...!Ýa se ve, que en algunos aspectos, poco se ha cambiado. Bueno, a lo peor un día de estos alguien lanza a alguien un PC, y me tengo que morder la lengua.