domingo, 13 de diciembre de 2009

chorlitos


De vez en cuando los maestros estiraban las orejas o insultaban: "bobo", "dormilón", "cabeza de chorlito". Mantenían las ventanas cerradas incluso en verano, pues temían las corrientes de aire como la peste. Se hacía una excepción cuando un alumno levantaba la mano y decía: "Señor Wiermann, alguien ha cometido una cochinada". Entonces se abrían las ventanas de par en par, se descubría al culpable y éste era expulsado de clase (Ernst Jünger, Venganza Tardía. Tres caminos a la escuela)

Llamar cabeza de chorlito a un niño no me parece un insulto, sino una redundancia. Según el diccionario, la expresión se utiliza para referirse a personas de poco juicio. O sea, niños. La educación, entre otras cosas, sirve para que el juicio, inexistente cuando nacemos, como bien lo manifiesta nuestro extraño proceder en los primeros día de vida, se vaya formando. A veces no se forma hasta los diecisiete o dieciocho, y en algunos seres humanos, entre los que me cuento, no se acaba de formar por mucho que pasen los años, la educación, la experiencia...

Por lo demás, y como puede verse en esta foto, un chorlito es un ave con una cabeza bastante bonita, proporcionada, que para sí quisieran algunas personas.

Además, seguro que los chorlitos no hacen cochinadas como las que denunciaban los niños del relato de Jünger. El otro día me pasó algo parecido, con un hijo, en el coche, a la altura de Somosierra. Y al bajar la ventanilla, porque aquello era asfixiante (se había comido unos judiones de La Granja con chorizo), entraron dos lobos que elevaron a siete el número de ocupantes del vehículo. Y que salieron huyendo a la altura de Aranda, cuando la siguiente cochinada.

1 comentario:

Sofia dijo...

Pues el egunon esta vez me ha servido para aprender que el chorlito es un ave, que yo creía ser un pájaro.

Cada uno se impacta de tu reflexión con lo que menos esperas, supongo.