lunes, 21 de diciembre de 2009

Papá Nöel


He oído en una tertulia de esas de la radio que algunas firmas comerciales están dejando de usar a Papá Nöel como reclamo publicitario, porque su imagen no tiene nada de recomendable para los niños: está gordo, es un vago, porque va por ahí tirando de un trineo en el que todo el trabajo lo hacen los renos, a los que fustiga diciendo, ho, ho, hoo!, sin que salgan de ningún lado 180.000 firmas para pedir que lo condenen por maltratar a los animales, y además fuma. En pipa, pero fuma.

Hasta hace poco, para presentar una imagen de abuelo entrañable, o sea, navideño, ya fuera para anunciar los huevos Kinder o un Plan de Pensiones, buscaban como modelo a un señor con alopecia generosa, muchas canas, las arrugas en su sitio, gafas reposando en la punta de la nariz, una sonrisa bondadosa y sentado en un sillón orejero. Y no pasaba nada si estaba rellenito o si fumaba en pipa. Es más, fumar en pipa añadía ternura a la imagen. Y por mucho que la foto se completara con el anciano leyendo la prensa, bebiendo una taza de achicoria o descansando en brazos de Morfeo, a nadie se le ocurría acusarle de indolente.

Y ahora quieren cargarse a Papá Nöel, y por extensión, imagino, al Olentzero de los vascos y de las vascas, el cual, por cierto, también fuma en pipa, alegando exceso de peso, defecto de trabajo y bronquios ennegrecidos.

Seguro que detrás hay una estrategia de estos jeques árabes que organizan mundialitos para sacarse fotos con Messi y con Xavi, con el único fin de promocionar la imagen de los Reyes Magos. Que eran de Oriente. Y delgados. Y trabajadores. Y que no fumaban. Y que si fumaban era del narguile, y por hacer equipo.

1 comentario:

Blanca dijo...

Que yo creo que primero eran magos, y que lo de reyes, es secundario; pero en fin. Quizás efectivamente se trate de una estrategia de promoción.

Tampoco le queda mucho al muñeco de nieve, porque flacucho, no tiene razón de ser, y los que yo hacía llevaban pipa.