miércoles, 16 de diciembre de 2009

Eso sí que no


La Sanidad patria no nos deja vivir. Su cruzada por las cinco raciones diarias de fruta y verdura ya había sido un poco pestosa. Lo de intentar hacer del desayuno la comida más importante del día nos convirtió en neoanglosajones y nos incorporó al cerealismo, cuando es sabido que si un corn flake gana su duelo contra una madalena, ahí mismo empieza a caerse la estructura que sustenta el equilibrio familiar, y el equilibrio dietético nacional.

Y ahora la emprende ahora contra el huevo Kinder y contra los Happy Meals. Y contra los riskettos y los gubblins, porque incorporan unos tatoos la mar de monos. Consideran que la inclusión del regalito en estos productos fomenta el consumo desmesurado.

Otra vez haciendo de padres, porque los padres de ahora somos unos inútiles, y no hacemos bien nuestro trabajo.

No saben que Mc Donalds probó, antes de las hamburguesas, con las acelgas rehogadas, regalando una bicicleta con la ración. Y no vendían nada. No saben que le cambiaron el nombre al producto - the new green passion -, pero tampoco. No saben que intentaron cambiar el regalo, y con las verduras te daban un apartamento en Marina D´Or, pero esto consiguió el efecto contrario, y es que al oir hablar de Oropesa la gente salía huyendo del local y dando gritos horripilantes.

Aprovechando que trabajo en un Colegio voy a llamar a la rebelión de las masas infantiles. El huevo Kinder es a su generación lo que la pelotilla amarilla de pipas Facundo a la nuestra.

Y si una generación pierde sus símbolos, ¿qué le queda? ¿eh? ¿qué le queda?

5 comentarios:

Sofia dijo...

Tienes toda la razón, aunque lo malo de esta generación es que tiene demasiados símbolos consumistas: el PC, la play station, la game boy, la moto, la wii, el Mp3 ó 4, el móvil...

No es como en mi generación, que salta alguna respecto a la tuya, que era el caramelo de bloque (un caramelo enorme como una goma de borrar que cabía con dificultad en la boca) y las chufas ya metidas a remojo. ¡Aguanta la diferencia! y eso que no éramos la generación de la posguerra.

Sofia dijo...

Y con la compra nos íbamos al cine de la parroquia, donde te tragabas primero obligatoriamente el NODO, con noticias de Franco inaugurando pantanos; para ver luego: "20 000 leguas de viaje submarino", "La momia", "Vente a Alemania, Pepe", "Tarzán", etc.

Sofia dijo...

Me siento como "el abuelo Porretas"( de la familia Porretas que daban todos los días por la radio, entonces) contanto batallitas, de un pasado muy pasado; ¡pasadísimo!.
¡Qué barbaridad!

Casilda dijo...

Yo del happy meal paso... pero un Huevo Kinder de vez en cuando... :D

Menos tonteria y más procuparse de cosas serias

Blanca dijo...

Y aquella máquina de bolicas de colores con un chicle dentro?? ¿Y los paquetes de refresco en los que untábamos el regaliz??

Hombre!!! que yo no veo tan mal que la chavalería, en este caso,y sin convertirlo en rutina, juegue con lo que le sale de los h.....¡Kinder...!

Bien majete que era el abuelo Porreta, Sofía.