domingo, 6 de diciembre de 2009

felicidad


El artículo 9.2 de la Constitución de Bután dice que el Estado velará por las condiciones para garantizar que sus ciudadanos disfruten de la máxima felicidad interior bruta (FIB). Eso está bien. Pero se me ocurre que la que verdaderamente importa es la felicidad interior neta (FIN), que sería la resultante de restar a la FIB el valor de las amortizaciones, es decir, aquello en lo que se han depreciado los bienes de capital - el cuerpo y el alma- como consecuencia de su uso.

Yo lo veo así: si te esfuerzas mucho en ser feliz el cuerpo y el espíritu se desgastan más que si pones poco empeño, luego el valor de la amortización es mayor, luego la felicidad neta, la que verdaderamente se ve y se disfruta, es menor. Así que es mejor esforzarse poco y que te vaya llegando la felicidad que Dios, los demás y el Estado, butanés en este caso, te vayan facilitando.

De esta manera, durará uno más y tendrá más tiempo de ser feliz. Eso si vives en Bután. Si estás en Madrid lo más oportuno es desayunar unos churros con chocolate en San Ginés y dejarse de pamplinas.

1 comentario:

Blanca dijo...

Estoy de acuerdo.

la Felicidad para mí es sacarles a los momentos que te toca vivir, lo que tienen de bueno.

Cierto es, que hay situaciones en la vida, que llevan más oscuros asociados que claros, pero no suelen ser las más.

Y sin esforzarse mucho, que ese efuerzo, ciertamente, pasa factura.

Verlas venir y "dejarse hacer" por esos ratos en los que una conversación, un libro, mirar a un hijo, el olor del mar, la "bobada de un alumno..., una flor que parece que Alguien ha puesto en el camino para que sólo tú la veas..., una sonrisa..., pueden proporcionar un sentirte feliz durante un tiempo, infinitamente superior que lo que han durado.

Y cómo no; ¡comerse unos churros y unas porras en San Ginés! Bueno, donde sea!!!