miércoles, 9 de diciembre de 2009

misa del gallo


De tanto ir y venir, entre los hombres y Dios, Benedicto XVI se va haciendo mayor. Expuesto a las más diversas corrientes, eclesiales y de las otras, las de aire y viento, las de la foto, su salud de hombre humano de ochenta y dos años se va resintiendo y ya no sale por las noches. En consecuencia, la misa del Gallo, que él preside y que habitualmente se celebraba a las 0:00 horas del 25 de diciembre, se adelanta a las 22:00 del día anterior, y así el Papa puede dormir ocho horas, porque también es un hombre de costumbres austeras, y se levanta con el romano amanecer.

Lo que no sé es si el Vaticano habrá pensado en las consecuencias de su decisión. Teniendo en cuenta la dimensión universal de la Iglesia, y que el evento se retransmite por TV a países tan distantes como Japón o España, es posible que allá donde el sol naciente la misa coincida con las saltos de esquí de Garmisch - Pasterkischen (¿o esto es en año nuevo?), mientras que aquí coincidirá sin duda con el discurso del Rey, que es lo único para lo que yo pongo la tele en todo el año, porque es el único momento en el que puedo hacerlo pertrechado de una copa de cava y dando cuenta de las memorables croquetas de mi abuela política.

Si me ponen la misa en un canal católico y el discurso en uno público, me obligan a elegir. Y como no estoy dispuesto a renunciar a las croquetas y al cava, tendré que seguir escuchando a su majestad, porque hacerlo a su santidad con la boca llena está muy feo y es de mala educación.

1 comentario:

Sofia dijo...

Fíjate que hay cosas inamovibles y luego ésta se cambia como si nada.

¿Será el comienzo de los cambios en la jerarquía de la Iglesia?. Porque parece una bobada pero la misa de gallo tiene tradición.

¡Ya podría ser!

O será que tenemos al Papa muy caduco. Porque todos los Papas han sido mayores y siempre la misa de gallo ha sido a las 24 horas.