martes, 8 de septiembre de 2009

Vivos de aquí y de allá

De muertos no hay, sólo vivos. Los de aquí y los de allá.

Cuentan que lo dijo Vicente Ferrer. Y cuando oyó esas palabras volvió a pensar en ella. En cómo, últimamente, se le aparecía en sueños, su hija, muerta meses atrás, en un triste amanecer de fiesta de pueblo y carretera secundaria.

Al principio achacó esas apariciones a la vivencia propia del duelo, a esas cosas que decía la psicóloga del Colegio en el que trabajaba. Pero aquella mañana radiante de uno de los últimos domingos del verano, la frase rebotaba una y otra vez en las paredes de su corazón, en un eco interminable. Y el azul inmenso del Mediterráneo que se abría ante sus ojos multiplicó ese eco por mil.

Desde entonces no pierde el tiempo con preguntas raras cuando ella irrumpe en sus sueños. Ni con duelos ni ensoñaciones ni pamplinas. La abraza en silencio.

Y ya no despierta llorando.

1 comentario:

Sofia dijo...

Muy emocionante para los que tenemos vivos allá.

Emocionante en el sentido literal de la palabra, que te llena de emoción por dentro y que la sientes hasta en la piel.

Vicente Ferrer era sabio en sentimientos.
Yo le creo.