- Te acompaño en el sentimiento.
- ¿En cuál de ellos?
- ...
- Si, es que tengo varios. Uno de rencor hacia la vecina, que es una cotilla insoportable. Uno de culpa por haber puesto en riesgo la vida de mis hijos aquel día que conducía borracho. Otro de amor a los perros de raza pastor del pirineo. Y luego está el de angustia de los domingos por la tarde, y el de soledad de cuando fui director de la Emisora. Y un resentimento indecente contra los miserables, y está también la tristeza por la muerte de mi madre, y...
Al otro se le quitaron las ganas de decir frases hechas.
1 comentario:
¡Mira que se te ve con ganas de cambiar el mundo!
Sobre todo en los temas cotidianos que tenemos a mano y que son fáciles, relativamente, de llevar a cabo.
Las frases hechas, es que están ahí, tan a la medida de la situación (pero tan manidas ya) y tú te encuentras tan atenazado por la misma, que recurres a ellas y resulta que cualquier otra cosa distinta, pero que te saliera del corazón hubiera sido mejor.
Y es que piensas que la persona que está recibiendo el pésame no se va a dar cuenta de nada y yo al menos recuerdo cláramente lo que me dijeron, bien distinto a una frase hecha, Maite Laespada, Pedro Mendigutxia, Oscar Guerra, Maite González y otros alumnos, en el funeral de Iñaki.
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