Resulta que unos científicos de Washington DC emborracharon a unas ratas adolescentes. Y consideraron que las trompas que agarraban eran similares a las de un adolescente humano que hace botellón todos los viernes y sábados entre los 14 y los 17 años, y luego lo sustituye por cubatas con los colegas, también, todos los fines de semana.
Y esperaron a que las ratas se hicieran jóvenes para ver cómo eran las decisiones que tomaban después de haber pasado alcoholizadas la adolescencia.
Y las decisiones eran lamentables. Preferían tomar riesgos para alcanzar recompensas abundantes, y se daban unos trompazos de aúpa, mientras que las ratas abstemias iban a lo seguro y con poco riesgo.
Han concluido que es negativo emborracharse en la adolescencia humana.
Menos mal que hay científicos en Washington DC.
1 comentario:
Las cosas de sentido común tienen más sentido si se demuestran científicamente.
Claro que para los adolescentes practicantes siempre les queda la excusa:"eso no me pasa a mí, que yo controlo".
Y como va a ser imposible que encuentren los científicos una rata haciendo esa observación, para los demás adolescentes siempre les quedará afirmar que a quién se le ocurre asemejar las ratas y los jóvenes, únicamente al Profesor Bacterio.
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