sábado, 26 de septiembre de 2009

ser de Bilbao


Una vez al sol le preguntaron qué sentía al calentar, y a mí, esta mañana, que qué es ser de Bilbao.

Dudé.

Y pregunté a mi hijo, que es de Bilbao:

- Andoni, ¿qué es ser de Bilbao?

- no tener frío.


Pareció no quedar satisfecho con la respuesta, y siguió pensando.

- y tener pectorales (?)


Solo lo segundo es una bilbainada.

Yo creo que ser de Bilbao es pasear toda la mañana bajo el sirimiri, y cuando llega la una y entras a un bar a tomar un blanco, decir:

- hostia!, si llueve...

Ser de Bilbao es no poder hacerte del Barça ni aunque lo intentes, porque tu alma es roja y blanca. Y la misma alma se te encoje al ver a Gaizka Toquero morir en cada carrera detrás de lo imposible.

Ser de Bilbao es beber las gotas que en el aire dejaron Blas de Otero, Pichichi y Unamuno. Y soñar que la ría lleva el agua de Bilbao hasta los confines de la tierra.

3 comentarios:

Blanca dijo...
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Blanca dijo...

Ser de Bilbao es, oler la bruma, beber el sirimiri, y escuchar a la ría, hablarnos de que más allá de nuestro botxo, existen pueblos hermanos que lloran, ríen, quieren, como lo hacemos nosotros.
Ser de Bilbao es sentir la presencia de nuestra Amatxo, observándonos desde lo alto con sus grandes “ojos azules”
Y pasear por el ensanche, alzando la mirada, hacia los miradores de las casas; y ver como Dña Casilda se viste en otoño, y en primavera. Y cobijarnos bajo sus hojas en un día de calor y sentir su desvalidez en una tarde de invierno.
Y tener en el fondo de armario la camiseta rojiblanca, y en el cajón la bufanda que hace juego.
Ser de Bilbao es algo tan especial, que pese a que el primer grito de nuestra existencia, haya roto el silencio de otra tierra, se puede sentir tan adentro, como se siente si se ha venido al mundo en el mismito Ledesma.
Ser de Bilbao es…, una gozada.

Ah! Y por supuesto, ¡tener buenos pectorales!

Sofia dijo...

Me dí cuenta de que era de Bilbao en la preadolescencia, cuando veraneaba con mi familia en la Rioja (mi madre es asmática y necesitaba pasar el verano en ese clima) y nos agrupaban con cierta envidia en el grupo de bilbaínos veraneantes. Fue cuando aprendí a decir "de Bilbao" con cierto orgullo y empecé a oír lo de las faroladas.

Siento una especial presión en el pecho al sentir "Athletic, Athletic" inundando al unísono San Mamés y cuando suena el Alirón.

Por cierto, me enteré ayer en un paseo en barco por la ría de Bilbao, que alirón viene del término inglés "all iron" de los Altos Hornos de Bizkaia, de esa influencia británica que nos viene desde entonces. Fue un paseo precioso, amenizado por un arquitecto que explicaba los dimes y diretes de los edificios colindantes.
El cambio de perspectiva fue impresionante.

Os aconsejo que no dejéis pasar la oportunidad el verano que viene(se cogen los tickecs en el Colegio de Arquitectos). Yo pienso hacer el paseo nocturno, que añadirá otra forma de visión de nuestra ría. Esa ría, que une en el horizonte, Bilbao con el infinito.