domingo, 13 de septiembre de 2009

qué pelmas!

Me vais a perdonar por volver a lo de la espalda, pero es que las circunstancias no me dejan otra alternativa. Leía yo esta mañana sabatina del moribundo verano un reportaje sobre los males que aquejan a los trabajadores de la educación en estos tiempos (dolores de estómago, falta de apetito y de concentración, ansiedad, tránsito intestinal pesado, fascitis plantar, etc.) por causa de las fieras, digo de los niños, con los que se tienen que encerrar en las aulas, cuando de repente me encontré nuevamente delante del relato de los kilos en la espalda de las niñas.

Si es que se va a convertir en una obsesión. Usa la cabeza, no la espalda, recomiendan los bienintencionados pediatras y los Colegios de Fisioterapeutas unidos. Pero cómo van a llevar los libros en la cabeza, so tarugos!.

Y al final resulta que todo está mal: que si las mesas de clase no están a su altura (porque, como ha ocurrido siempre, cada alumna y cada alumno tienen una. Una mesa y una altura, cada uno), que si las sillas no recogen bien la espalda (las sillas de las aulas nunca han recogido bien nada porque no estaban pensadas para recoger nada, jolín), que si las mochilas son una maldición.

Dicen que en ellas sólo se debe portar el 10% del peso de la persona, y soportado no más de 15 minutos al día. Nos van a convertir a los niños en unos milindris, que Edurne Pasaban y Juanito Oyarzábal van con una mochilas que pesan un huevo a sitios que están bastante más lejos que la escuela, y sólo se les congelan los dedos de los pies, y además, por otra razón que no tiene nada que ver con el peso de las mochilas.

Seguro que puede hacerse, en el momento actual de desarrollo tecnológico de la humanidad, una mochila para llevar libros y almuerzo (¿qué es la jornada escolar sin el bocata de calamares del recreo?) sin peligro de acortar la musculatura isquioitibial o de acelerar procesos de escoliosis, hernias discales o artrosis.

Así que ponerse, y dejar de dar la paliza con las mochilas y las espaldas.

3 comentarios:

Blanca dijo...

Puez ezo!!! como diría nuestra Lutzi. O si no, que de la que se cuelgan la mochila añadan a las bridas de la misma un ramillete de globos, como el que llevaba Pepín cada Sanfermín para vendernos a los infantes que andábamos por las calles de Pamplona en esos días.
No es ninguna bobada, se solucionarían dos problemas: Los vendedores de globos recuperarían su nicho económico y las espaldas de nuestros niños dejarían de sufrir, al menos como hoy lo hacen. Sin olvidar, lo alegres y animadas que estarían las aulas.
Bueno, también es verdad, que tendríamos que añadir una nueva "conducta inadecuada" al planfetillo que nos pauta las reglas de juego en el cole: -Dedicarse a pinchar globos, entre clase y clase, será considerado….; y si se realizara en mitad de la clase….
¿Y si dejamos de distraer desde los medios con temas que no proceden y dejamos que nuestros chicos y chicas se hagan hombres y mujeres, "comme il faut"??? No sé…, por decir algo.

Blanca dijo...

Por cierto, se me acaba de ocurrir un nuevo puesto de trabajo: fabricar "contraseñeros". Por poco no cuelgo el comentario, entre la contraseña de mi sesión en el cole, la de la plataforma digital, la del correo electrónico, la del egunon, la de la tarjeta de crédito, el DNI..., pues, ¡que se está volviendo una medio loca!

Sofia dijo...

¡YA VALE!. Todos los males que van a tener los colegiales en el colegio y en el futuro como mayores de edad, estarán provocados por LA ENSEÑANZA y LOS ENSEÑANTES. ¡Vale, lo admitimos!. Admitimos "CIUDADANOS Y CIUDADANAS TARADITOS MENTALES Y JOROBADOS TOTALES COMO RESULTADO DE NUESTRO QUEHACER COTIDIANO EN LAS AULAS".

Lo que no sé es quién va a querer dedicarse a la enseñanza que pueda soportar en su conciencia semejantes pecados mortales. Porque los que ya estamos en ella, no lo teníamos así de claro cuando llegamos.
Los que se incorporen ahora serán masoquistas declarados e idiotas morales que les importe un guano las taras que van a provocar o que disfruten provocándolas, incluso.

Eso sí que van a ser grupos pintorescos los que constituyan las aulas.¡REDIEZ!


¡¡Qué no lo digo nada convencida, que lo digo de coña!!. ¡Yo les veo salir de 2ºde BTO, bien altos, bien estiradas, bien majicos (como diría Blanca), sonrientes, hechos unos hombres y mujeres que da gusto verlos y con grandes ilusiones por lo que van a hacer en la vida y cuando vuelven a visitarnos, todavía más guapos( y parecía imposible) y absolutamente encajados en una vida normal, rebosantes de valores y felices!.

¿Se puede pedir más?.

¡JOOPÉÉ!