miércoles, 6 de mayo de 2009

La estructura trinitaria


¿Os acordáis de Carlota Castrejana? A mi me cae muy simpática, porque se dedicaba al triple salto, que es una disciplina atlética muy original. Parece fácil, pero tiene su complicación, y su técnica propia. Y tiene también una base teológica que la trasciende. Si te dedicas al triple salto puedes entender mucho mejor el misterio de la Santísima Trinidad, porque todo lo piensas de tres en tres. ¿Que vas a saltar?: un, dos, tres, y salto. ¿Que vas a preparar garbanzos con costilla?: sofrito, puchero y rectificar de sal. ¿Que te has levantado tarde el domingo?: café, periódico y vuelta a la cama. ¿Que te ofrecen ser Directora General de Deportes de la Comunidad de Madrid, aunque seas de Logroño?: espera que lo pienso, ay Dios Esperanza, bueno que más da pues sí.

Esta estructura tridimensional del pensamiento le va a permitir a Carlota patronear con pericia la nave madrileña rumbo a las Olimpiadas de 2016.

De momento, ya ha empezado ganándose al pueblo, porque, a la pregunta de qué tiene Madrid que no tengan Chicago, Tokio o Río de Janeiro, que parece un chiste pero no lo es, ha contestado que madrileños. Hala!. Y a la pregunta de qué tiene un madrileño que no tenga un carioca, uno de Tokio o uno de Chicago (estos dos últimos gentilicios no me los sé), que parece otro chiste pero que tampoco lo es, ha dicho que calor. Sí, calor.

No sé de qué os extrañáis. Cuando voy en metro noto perfectamente si el de al lado es madrileño o no por el calor que despide. En las tiendas de calefacción te empiezan a instalar madrileños en lugar de acumuladores. Un madrileño tiene la ventaja de que, ademas de caldear la casa, te va a buscar a los niños a la escuela, te hace los cristales, y si es apañado, te congela unos canelones que ha preparado con las sobras de la costilla y el zancarrón de los garbanzos.

Por qué un madrileño tiene más calor que uno de Río, que pasa todo el año a treinta grados de media, es un misterio que sólo los que han practicado triple salto pueden descifrar, de la misma manera en que penetran en la identidad trinitaria del Dios cristiano. Así que preguntadle a Carlota.

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