miércoles, 13 de mayo de 2009

estamos aquí


El hoy portero de Osasuna, Ricardo, dijo, tras debutar con la selección, que al saltar al campo se le habían puesto "los pelos de gallina"(¿una gallina con pelos?). Pues así vivo yo desde que Mejuto pitó el final del partido del sábado. Con "la carne de punta". Disfrutando a cada minuto de la orgía de banderas y sonrisas que es Bizkaia.

Estamos aquí, en la final, otra vez. Como ha sido siempre (porque siempre no es todos los años, que eso lo aprendí dando clase, porque cuando llamas la atención a alguno te contesta que siempre me dices a mí). En veinticuatro años, los que han pasado desde la última final, han cambiado algunas cosas, las superficiales: ahora los futbolistas van tatuados y con piercings, como todo el mundo; han creado la singular figura del cuarto árbitro, para hacer bonito entre los banquillos, y le han dado una pantalla con números de colores para que se entretenga si el partido es una plasta (cosa que pasa muchas veces, porque el fútbol puede ser una de las dos cosas más aburridas del mundo); no se puede perder tiempo pasando la pelota una y otra vez al portero; y los árbitros son más atléticos (añoranza de Fernández Quirós) y se entrenan y todo, aunque luego en los partidos apenas se note.

Cositas. Lo sustancial permanece: podemos ser campeones otra vez, y con lo mismo: jugadores vascos, navarros y riojanos. Y una generación, o dos, de niños y jóvenes que quieren ver si es verdad, y no un cuento de abuelos, que por el río Nervión sube una garbarra entre un millón de sonrisas y dos de lágrimas.

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