domingo, 10 de mayo de 2009

chinos enojados


Llama la atención la cantidad de ministerios que en China se ocupan de la cosa de la seguridad: el de Defensa, el de Seguridad del Estado y el de Seguridad Pública. Por eso es un país tan seguro.

El embajador de China en España se ha enfadado porque un juez de la Audiencia Nacional ha pedido a China interrogar a los tres ministros en cuestión y a otros cinco altos cargos de su Administración. Al parecer, tiene indicios de que el año pasado, cuatro meses antes de los Juegos de Pekín, en su empeño por la seguridad, a los chinos se les fue la mano en el Tibet.

Y como el juez ha pedido cosas, el embajador, en justa correspondencia, ha pedido otras cosas. En concreto, le ha pedido al Gobierno español que ponga en su sitio al juez, "para evitar posibles estorbos y daños en las relaciones bilaterales entre China y España".

Será que en China, si un juez hace algo que no le gusta al Gobierno, le dan una toñeja, y él va y recula. El embajador de China debería saber, por el tiempo que lleva en España, que las cosas fuera de China no son como en China.

Ha estado bien el ministro Caamaño al subrayar lo bien que se sentirán las familias de los más de 200 tibetanos asesinados por el ejército chino, al saber que, en algún lugar bajo el cielo-no-chino, le importan a alguien.

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