miércoles, 7 de abril de 2010

Plan de vacaciones: una película en 3D

Como si la realidad no fuera suficientemente real, se va poniendo de moda el realismo donde no toca.

Uno tiene derecho a evadirse, un par de horas a la semana, o tres, y el cine era, hasta hace poco, una buena opción. Justo hasta que empezaron a empeñarse en capturarnos en plana evasión y devolvernos a la realidad, con las dichosas 3D. Como si la vida no tuviera suficiente con las dimensiones que tiene de por sí.

Yo no necesito más 3D en el cine, sino más 2D en la vida de cada día. 2D en los alumnos que se ponen violentos. 2D en los hijos que se ponen pesados. 2D en las reuniones de trabajo a las que va el personal a criticar al jefe. Verlo todo plano, como en el cine. Ellos allí y yo aquí.

Y si no me gusta lo que veo, me levanto y me voy.

Pero a lo mejor todo es por el maldito dolor de cabeza que se me pone con las gafas 3D, que salgo del cine siempre cabreado.

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