La respuesta correcta al problema, de Matemáticas, por cierto, es que Andrea abrió el libro por las páginas 49 - 50. Pero resulta que no es posible abrir un libro por las páginas 49 -50, porque las páginas impares siempre quedan a la derecha. Si no os lo creéis, coged un libro y lo miráis, y si tampoco os lo creéis, coged otro, y así hasta que ya no os quepa en el cuerpo el estupor o se os acabe la incredulidad. Se ve que el examen lo había puesto un profesor de Matemáticas que no había abierto en su vida más libro que el de Matemáticas.
El caso es que uno que suspendió, listo él o listo alguien, recurrió el examen porque el enunciado del problema plantea una cuestión imposible. Y el tema llegó hasta la mismísima Consejera de Educación, la cual ha decidido que no, y que te quedas con el penco, so listillo, que en Matemáticas lo primero que se enseña es que los problemas se basan en supuestos, y a ver si va a haber que anular también el problema del año pasado, en el que una mosca recorría dos kilómetros lineales andando, o lo que hagan las moscas, por una pared.
Este poco rigor a la hora de preguntar a los de letras no nos pasa nunca. Básicamente, claro, porque no ponemos problemas en los exámenes.
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