martes, 27 de abril de 2010

cinco min


- ya sé hablar alemán, me dijo todo ufano y con una sonrisa de portada de revista.

- no está mal, para tener ocho años y llevar cinco días en Alemania, le contesté.

Le tocó un reto de primera magnitud, y respondió como un machote. Ya sabe que a su hermano puede darle un achuchón en cualquier momento, y que entonces se para el juego en el que estén metidos, y el otro se ausenta un rato a evacuar. En esta ocasión el apretón le sobrevino en un barco, y a las habituales dificultades de orientación para encontrar el excusado, se unieron las propias de la estabilidad en medio del río y de que los letreros estaban en alemán. Así que vaya usted a saber.

Él vino encantado porque fue capaz de encontrar el baño, de tranquilizar a su hermano, que a veces acompaña la evacuación de gritos ostentóreos, y de invitar a esperar a un individuo que se le acercó mientras vigilaba la puerta y que debió preguntarle, en alemán, si no se estará muriendo ese de ahí dentro, y también, a ver si tú crees que va a tardar mucho.

Y también vino contento porque fue capaz de contestarle en alemán:

- cinco min, dijo con la manita extendida.

De tanto ir y venir en metro, y de tanto mirar carteles, había descubierto que minuto es min, en alemán.

1 comentario:

Sofía Cela Echevarría dijo...

Diréis...
¿y qué tiene que ver lo que cuenta Mendi de sus hijos con lo que va a contar Sofía ahora?

Os cuento que estoy muy contenta porque tres alumnas que tenían las Matemáticas pendientes de 3º de la ESO( y están en 4º) han aprobado el control que les he puesto, que no era tirado y que han sacado casi un 6.

Pues la relación viene de: pienso que les ha pasado como al chaval de Pedro, de tanto ver números por aquí y por allá, de tanto mirar los ejercicios mandados, de tanto mirar a la pizarra... al fin han entendido los mensajes que les trasmitían las matemáticas y que hasta hace poco les sonaba a alemán.

Y encima tengo la suerte de recoger lo que otros han sembrado, porque yo les pongo el aprobado, pero los mensajes matemáticos los llevan recibiendo desde hace mucho, otros muchos profesores, que ya lo creo que han sembrado, pero hasta ahora no se ha dado la magia de que entiendan que minuto es min.

Y estoy muy contenta por ellas tres, porque la semilla sembrada por los profesores anteriores ya ha dado fruto y por poder disfrutar de lo contentas que están ahora con su logro.

Y diréis, Sofía chochea, si está todo el día aprobando y suspendiendo gente a qué viene tanto alborozo; pues no sé, son esas cosas que en la cotidianidad de la enseñanza, me hace ilusión que pasen y poder seguir disfrutando con ellas después de tantos años.