Me acaban de convocar a una reunión el miércoles, a las 13:35. Y la duración prevista, de hora y veinte, nos llevará hasta las 14:55.
El pasado jueves, el partido del Athletic contra el Anderlecht comenzaba en la Catedral a las 21:05.
Cada día entro en clase a las 8:25, y salgo a las 15:20.
Os ahorro el detalle de las horas intermedias, entro en clase, salgo de clase, entro en clase, salgo de clase, ahora reunión, luego otra reunión. Baste decir que a las horas en punto y a las medias nunca tengo nada programado.
Así no hay forma. Luego pediréis puntualidad. He tenido que comprarme otro reloj, porque el que usaba tenía el 12, el 3, el 6 y el 9, y entre número y número, nada. Me he comprado uno con todos sus números, encima de los cuales hay un punto gordo. Y entre punto gordo y punto gordo, cuatro puntos finos. Es de la prestigiosa marca orient wacht, relojes de oriente, y me ha costado diez eurazos de vellón.
Ahora ya estoy preparado para esta vida de detalle que queréis que lleve. Podéis convocar el próximo evento a las 13:19. A mí me vais a pillar.
2 comentarios:
¡Qué haríamos en esta vida sin los números!.
Hay una prueba interesante que consiste en coger cualquier artículo del periódico o una de entrada de un blog, mismamente, y hacer desaparecer los números. Para así caer en la cuenta de la enorme presencia que tienen en la vida cotidiana y lo poco que podríamos entender y hacer sin ellos.
Si cojo de muestra tu última entrada del blog, quedaría así:
Me acaban de convocar a una reunión el miércoles, a las . Y la duración prevista, de hora y , nos llevará hasta las .
El pasado jueves, el partido del Athletic contra el Anderlecht comenzaba en la Catedral a las .
Cada día entro en clase a las , y salgo a las .
Os ahorro el detalle de las horas intermedias, entro en clase, salgo de clase, entro en clase, salgo de clase, ahora reunión, luego otra reunión. Baste decir que a las horas en punto y a las medias nunca tengo nada programado.
Así no hay forma. Luego pediréis puntualidad. He tenido que comprarme otro reloj, porque el que usaba tenía el , el , el y el , y entre y , nada. Me he comprado con todos sus , encima de los cuales hay punto gordo. Y entre punto gordo y punto gordo, puntos finos. Es de la prestigiosa marca orient wacht, relojes de oriente, y me ha costado eurazos de vellón.
Ahora ya estoy preparado para esta vida de detalle que queréis que lleve. Podéis convocar el próximo evento a las . A mí me vais a pillar.
Pues mi reloj, por no tener, en vez del 12 tiene las siglas de la marca, así que sólo tiene el 3, el 6 y el 9. Me muevo con los cuartos y las medias. A mí si que me vais a pillar en todas.
Es para que parezca que trabaja uno menos, como los precios en las rebajas: nunca son números enteros; ni siquiera decimales normales.
Bueno, siempre queda el consuelo, de que para lo imprescindible y lo importante: léase cualquier necesidad fisiológica que a uno le apremie..., hablar con un amigo..., echar a volar la imaginación..., nos quedan las medias, las en punto y los cuartos, y así es más dificil que se nos olvide.
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