domingo, 21 de febrero de 2010

Raros y extraños

El próximo 28 de febrero se celebra el día internacional de las enfermedades raras. En la UE, se define como enfermedad poco común aquella que afecta a menos de 5 personas de cada 10 000. Aun así, el número de personas afectadas puede ser elevado, pues se conocen unas 7 000 enfermedades poco comunes.

Se me ocurren un par de preguntas: ¿una enfermedad que afecta a seis u ocho de cada diez mil personas no es rara? ¿Es que no tienen esos afectados el mismo derecho que aquellos cinco a ser considerados raros? ¿Porqué no existe una asociación de raros, que agrupe a los treinta y pico mil europeos afectados por síndromes extrañísimos? ¿No defenderian mejor sus extraños intereses comunes? ¿Existe un mapa político de raros, que permita estudiar la densidad? (es que a mi me parece que en mi pueblo somos demasiados) ¿Cuándo una molestia o una disfunción se convierte en enfermedad? Si comer lentejas, en lugar de gases, provocara un deseo compulsivo de comer croquetas, ¿eso es una enfermedad? Un alumno mío está malo los lunes, cada lunes, ¿es raro? ¿Qué cara pone el médico cuando le cuentas una milonga increíble de la que no ha oído a hablar en su vida? ¿Cómo sabe que tienes una enfermedad rara y que no eres un jeta? ¿Cuántas enfermedades hay registradas? Espero que no haya más de 365, porque si no, alguna se quedaría sin su día internacional, y los afectados podrían mosquearse. ¿Cuándo es el día internacional de la cistitis? ¿Y de la seborrea? Fuera de los que tienen enfermedades raras, ¿hay europeos raros sanos? En una empresa en la que todo el mundo coge la baja, el cumplidor es el raro. ¿Es un enfermo?

¿Ser raro es una enfermedad? ¿O un privilegio de los que están tocados por la diferencia?

2 comentarios:

Sofia dijo...

Pero bueno, ¿no eras binario?.

Y eso que sólo respirabas con un dieciseisavo de bronquio.

Me da que eres raro.

Blanca dijo...

Pues según el diccionario, raro y extraño tienen acepciones comunes; dos de ellas son “excepcional y singular”.

Hombre, si yo voy al de cabecera (Por qué se llaman así si casi siempre tienes que ir tu a visitarles a su butaca??) y me suelta un ¡“qué raro…”! reconozco que, me acojono.

En mi opinión todos somos raros, y como únicos, insólitos, singulares…, nos deberían y deberíamos tratar.

¿Qué es más raro, el “pez payaso” o un “drago”?

Pero claro, lo diferente, nos pone un poco nerviosos; nos desestabiliza, perdemos pie. Y nos guste o no, son las diferencias las que permiten que seamos únicos; lo demás son epidemias.

Espero, después de este rollo, no pillar una de esas del 0,05%; pese a que me pongan mi día.