lunes, 15 de febrero de 2010

Una de espías

Si te apellidas Flórez y quieres trabajar en los servicios de inteligencia de un país, aunque sea España, lo primero que tienes que hacer es cambiarte el apellido. Al menos, es lo que yo pienso (esta frase se dice mucho en la carnicería, para apostillar con fuerza cuando uno da una opinión).

- El seguimiento del agente X-001 podemos encargárselo a Flórez.

Esto es en un tebeo de Mortadelo y Filemón.

- El seguimiento del agente X-001 podemos encargárselo a E(de España)-11824.

Esto es un servicio de inteligencia serio.

Pues pasa que lo de Flórez es verdad, que existe digo, y que acaban de condenarle a 12 años de cárcel por ofrecerse para vender secretos a los rusos. Y no un secreto menor. Ni más ni menos que el pasaje del Deuteronomio que iba a leer Zapatero en el desayuno nacional de oración al que le habían invitado en Washington. Al parecer, si el texto de la cita se lee de atrás hacia adelante y después de haber tomado un pan con tomate y fuet y media botella de clarete navarro, se puede desencriptar un mensaje ultrasecreto dirigido a la CÍA, con instrucciones para preparar ensaladas mediterráneas para las fuerzas destacadas en Afganistán, asunto en el que los rusos tenían un interés especial. Resulta que los rusos destacados en Kabul estaban engordando por su dieta a base de vodka y bocatas de tallos de opio con mayonesa, y como la lechuga ayuda a metabolizar sin daño para el organismo esa mezcla asquerosa de hierbas y alcohol, y los cosacos estos no la quieren ver ni en pintura, que dicen que eso que se lo coman los caballos, el Gobierno ex - soviético andaba buscando una receta que la presentara de forma disimulada.

Y del interés de los rusos en el asunto se enteró Flórez, no me preguntéis como, porque aunque no tiene nombre de espía, es un espía de verdad.

Y lo demás ya lo sabeis.

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