viernes, 20 de noviembre de 2009

San Agustín

Estábamos hablando de San Agustín. Y la duda le salió del alma (o al menos eso me pareció, por cómo entornaba los ojos)

- lo que yo no entiendo es cómo le hicieron santo si estaba casado.

Me pensé unos segundos la respuesta (en realidad, no tenía respuesta)

Imaginé a San Agustin llegando cansado de la oficina a las tardes, relevando a la chica que cuidaba a sus hijos porque los horarios de su esposa eran incompatibles con los suyos, encontrando el cuarto de jugar hecho unos zorros y las agendas del colegio llenas de advertencias del estilo de "ha dado un mordisco al perro del guarda jurado" o "se distrae con el vuelo de un abejorro", pidiendo a gritos que te bañes y que pongas la mesa, diciendo que no cuando le preguntan si pueden ver la tele o a si pueden jugar al ordenador, porque en la Escuela de Padres aprendió lo de los límites y este mes está intentando cumplir con lo que acordaron, cagándose en la madre que los parió, aunque la quiere mucho, porque han estado comiendo pipas en el salón y han tirado las cáscaras detrás de sofá los muy cabrones, empleando la violencia sin recato contra sus culos cuando los encuentra insultándose como hooligans...

- yo tampoco, contesté.

2 comentarios:

Sofia dijo...

Pues creo que es más motivo de santidad ser capaz de dar pinceladas divinas cuando se vive en matrimonio. Cuando se está solo se discrepa mucho menos con uno mismo, la compañía constante lleva a respuestas consensuadas, a ceder más en las decisiones, a pensar en terceros. Si te acercas a la santidad y actúas divinamente estando casado, yo creo, que tienes más mérito.

Blanca dijo...

¿Pero no le hicieron santo porque metió toda el agua del mar en un agujero que había escavado en la arena???

Me quedo más tranquila sabiendo que fue por estar casado ¿o es pese a estar casado???

Tengo que releerme a este gran santo.