domingo, 29 de noviembre de 2009

el dia de la vergüenza

Se puso la corbata del día de su boda y gastó más tiempo del necesario delante del espejo, como si con eso pudiera quitar la cara bobo que se le había puesto después de leer la nota de la tutora. Desde hacía algún tiempo, y debido a circunstancias de la más variada índole, se oía a sí mismo repetirse la misma expresión:

- joder, qué marrón.

Y a medida que la repetía se le pegaba a las vísceras. Y se le ponía más cara de idiota. Con ella se puso delante de la maestra, la cual entró en la salita con una sonrisa que él no supo interpretar, porque el tema del que iban a hablar tenía, en sí mismo considerado, batante poca gracia. Él le devolvió el gesto con otra sonrisa, que con la cara de nada que llevaba puesta y aquella corbata de vender seguros convertía su imagen en la de un perfecto besugo.

- Bueno, igual se imagina por qué le he pedido que venga, comenzó ella, sin hacer referencia ni al frío que hace ni a otras circunstancias tangenciales, y sin dar tiempo ni a recomponer el ademán, que seguía siendo el de besugo.

- Sí, creo que sí, y se calló, para no dar pistas y para ver si era por no llevar hechos los deberes o por pegarse en el patio, o cosas así.

- La verdad es que el otro día se creó una situación un poco incómoda.

- ...

- Verá. Fue Manoli, la tutora de P5, la que se los encontró en el vestuario de chicas, intentando ponerse uno a otro los condones que había traido su joya, digo su hijo...


- ... uno a otro!!!???

- ... sí, en el brazo.


- (buf!) Madre del amor hermoso. ¿Y que hizo Manoli?

- pues explicarles que eso no se ponía ahí...

- ...?!

- ... y nada más. Bueno, sí, les dió un chalo en el culo a cada uno y los mandó al patio sin condón.

- Bien hecho.

- Sin embargo, creo que como padre debería tener un poco más de cuidado con sus cosas íntimas, porque cualquier día...


- Perdone, no nos confundamos, que los preservativos eran de su hermana, que los lleva siempre en la cartera, que yo soy una mierda de padre de adolescente, pero que como padre de niño de P4 no tengo parangón
.

- En ese caso, a lo mejor tiene que hablar con su hija.

- O usted con su madre.

- O con la suya, no te jiba!

- Con la de mi hija quiero decir. Yo pensaba que este tema del sexo estaba bajo control. Verá, las veo hablando todo el día, cogiendo los támpax del mismo bote, diciendose cosas al oído de esas de madre a hija y de hija a madre, en fín, que yo creo que este es un tema de comunicación madre - tutora estrictamente tal...

- pues yo creo que está usted escurriendo el bulto y pasando del tema, y visto el panorama, o se pone al asunto o voy a contárselo a la madre de Verenice (no había ser humano más cotilla en la Comunidad Autónoma) para que lo difunda entre sus amistades en la degustación de enfrente.


Entró con cara de bobo y salió con otra cara. No sabría decir de qué. Había pasado el día de la vergüenza y se aprestaba a afrontar el día del oprobio. Entró en un bar a desayunar y mientras untaba el sobao en la mistela con ginebra escuchó a un cura en la tele hablar de pecados mortales, de confesarse públicamente, de excomuniones late sententiae. Martinez Camino, ponía debajo, y se imaginó que con ese apellido y esos vocablos solo podía ser del Opus. Y todo le pareció tan negro como el cura y sus palabras. Se vio a las puertas del infierno, condenado por tomarse a pitorreo la paternidad, por irresponsable y por cretino.

Y no levantó cabeza en todo el día. Había que hablar con la niña.

4 comentarios:

Sofia dijo...

Ahora me desayuno yo que los condones eran de la hija y yo pensando que el padre había atribuido el hurto a la hija, por lo que me parecía lo peor.
Borro todo lo dicho.

Blanca dijo...

Bueno, que se desagobie un poco el de la cara de nada..., de besugo..., incalificable al salir de la entrevista.
Hay quien colecciona sobres de azucarillos o botellas de cerveza y no significa que se los haya comido ni bebido cuando estaban llenos.

¡Hombre!! lo de los dos últimos que me quedaban..., mosquea; aunque la verdad es que pueden tener múltiples usos -que se lo digan a los del vestuario.

Siempre queda la salida tangencial de empezar a hablar de la alergia al polen, para terminar con el problema que está generando en la actualidad la alergia al latex y mostrar unas manos de enferemera de esas que salen en "google-imágenes" y que te llevan a tener pesadillas.

Y por supuesto, a ese bar en el que desayuna, que no vuelva ¡por Dios!!! Y que menos,se le ocurra llevar a sus hijos; escuchar semejantes barbaridades..., eso sí que no hay quien arregle.


Buen día! A ud y a su amigo "el pardillo"

Bego dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sofia dijo...

Yo lo que veo es que si la hija ya habla con la madre y con ella tiene las cosas comentadas, al cara de besugo (que por cierto se le pone porque quiere, tampoco hay que exagerar) sólo le queda hablar con la madre y ver en qué estado de información se encuentran las cosas, para ver si le satisfacen como están o al menos estar enterado de por dónde anda la hija al respecto.

No sé qué edad tendrá la adolescente, porque en estos tiempos la adolescencia dura muchos años, pero si tanto apuro le da entrar al tema, puede hacer lo que hacía yo. Yo compraba libros sobre sexualidad adecuados a la edad de mis hijos y luego de ponérselos en su cuarto me dejaba caer sobre qué les había parecido. O los hojeaba delante de ellos por si salí algún tema.

La verdad es que no salían muchos temas, pero de forma progresiva iban aumentando los libros de información en función de su crecimiento y siempre he tenido la sensación de que saber sobre el tema, sabían y luego ya llegaban con más facilidad los criterios personales sobre los asuntos, al hilo de sus preguntas o sobre los acontecimientos de la vida diaria.

Sobre los condones en particular, siempre es bueno que la chica los lleve por si acaso, al fin y al cabo ella es la que se puede quedar embarazada. Pero tampoco me parece únicamente válido que los lleve siempre, para tenerlos a mano sin pensar en si realmente le conviene o le interesa o quiere realmente tener una relación que puede ser fortuita, sólo porque ya lleva protección.

A mí si me parece que lo más importante es el criterio sobre qué quiere hacer con su sexualidad. Y no sólo que sin criterio, como lleva protección se meta en relaciones que si lo hubiera pensado un poco las hubiera rechazado. Porque para tener en la adolescencia las que les pueda interesar, si tiene la cabeza bien situada ya se encontrarán momentos en los que tener relaciones, sin acudir al aquí y ahora, sólo porque tienes la facilidad del póntelo, pónselo. Vamos pienso yo.

Pero igual la madre, que será lo más seguro, lo tiene todo hablado con la hija y sólo con comentarlo con ella se le quita la cara de besugo.