sábado, 14 de noviembre de 2009

Desorientados

Cuando saqué el carnet de conducir descubrí en mí una pericia inexplorada: aparco como los ángeles. En linea o en bateria. De morro o de culo. Hago caber el vehículo donde todo el mundo dice mmm, no.

Desaparcar es otra cosa. Y no porque la maniobra sea complicada, que para eso están los parachoques y los seguros, sino porque no hay dios que encuentre el coche. Sobre todo cuando lo dejo en un párking o en el estacionamiento de un hipermercado o de un aeropuerto. Y mira que lo ponen fácil: pisos de colores, plazas numeradas, pasillos identificados con animalitos pintados, flechitas y números de colores rojos y verdes... Pues no hay forma. El coche nunca está.

Me suele pasar que aparco y me pongo a otra cosa: saco la lista de la compra o la tarjeta de embarque y mi mente se desplaza a otro mundo, donde acontecen otros sucesos.

Y así me va: se me pasa la hora de sacar el coche del párking, porque después de pagar tardo veinte minutos en encontrarlo, o me pierdo en el aparcamiento y tengo que llamar a un guardia de seguridad, o se me descongela el pescado dando vueltas. También me pasa que se me olvida con qué coche he ido, que en el trayecto del cajero al coche, además de la paciencia, pierdo el ticket, o que me emperro en intentar abrir un coche que no es el mío, con el consiguiente estrépito de alarmas.

Traté de resolverlo llevando encima el GPS que me regalaron, en lugar de dejarlo en el coche, pero como no sé usarlo, lo pongo en la función MP4 y voy escuchando música para entretener la búsqueda. Y sé de más gente a la que le pasa lo mismo, porque nos encontramos deambulando en la oscuridad del subsuelo.

A algunas de esas personas les cuesta reconocer su problema, porque cuando nos cruzamos bajan la cabeza para que no se les vea que están desorientadas, o se dirigen rápidamente a un coche que no es es el suyo para que parezca que ya lo han encontrado.

He pensado en montar una sociedad gastronómica de personas desorientadas.

Si nos juntamos los desorientados de lo de desaparcar con otras desorientaciones más vitales, habría overbooking en el txoko.

2 comentarios:

Blanca dijo...

Necesitarías el BEC para tu sociedad; si además quieres que entren -entremos- todos los que nos desplazamos con alguna que otra desorientación vital..., bueno, en realidad para esto ya existe el txoko: El mismísimo planeta. Quizás alguno que otro quede fuera, pero acabará entrando ante las presionantes miradas de los del interior, como dicíendo: -Qué, qué pasa, que tu no tienes desorientaciones?!!!-

Para lo del coche, mi hijo me dio un truquillo, tras enterarse de que una vez que llevé a su abuela( mi madre), al cine de un centro comercial, la tuve más de lo que duró la película buscando el coche que nos traería de vuelta a casa. El truquillo consiste en sacar una foto con el movil a la plaza del vehículo. Eligiendo, por supuesto, un enfoque que aporte la suficiente información y habiendo borrado previamente, las de aparcamientos anteriores.

Buen fin de semana!

Sofia dijo...

Es buena medida, siempre y cuando luego no te pierdas en el interior de tu propio móvil buscando la bendita foto.