sábado, 21 de noviembre de 2009

GPS

- Esa voz... ¿dónde he oído yo esa voz?

Interrumpió la explicación de la profesora de Lengua Española porque no podía más:

- tienes la misma voz que el coche de mi madre.

Cómo hablan los coches solo Dios lo sabe. Y la profesora. Impasible contestó:

- a lo mejor soy el coche de tu madre.

Sin alterarse. Sin levantar la voz. Mirando a los ojos. Seduciendo. Eso es gestionar una clase de la ESO. Y lo demás, lo de que los niños no son como los de antes y lo de la disciplina perdida son cuentos chinos.

Y si no hubiera seguido hablando, el tiempo se habría suspendido, y el relato sería redondo. Pero no, explicó que ella ponía la voz al GPS del coche de su madre. Y a otras decenas de miles de aparatitos de esos. Y a las películas de dibujos animados. Y a las series de moda de la tele.

Y acabó firmando autógrafos.

4 comentarios:

Blanca dijo...

Genial!!!

En mi modesta opinión, el chaval, se ha ganado un sobresaliente en música; no me negaréis, que la competencia correspondiente, la tiene más que adquirida. Qué digo adquirida: trillada, que la tiene trillada!!!

Y la profesora, se ha ganado "La ola". ¡Qué respuesta! En dos palabras -según el de Ubrique- ¡Impresionante!!!

Sí, habría quedado precioso, si no "destripa" el misterio, y continúa dando la clase, como quien no quiere la cosa, incluyendo de cuando en cuando unos toques de voz distorsionada en su discurso.

Pero...¿qúién se resiste a unas caritas de alumnos mirándote como si fueras el mismísimo R2D2 de Star Wars???

Sofía Cela Echevarría dijo...

Yo quiero unos reflejos así, pero a todas las horas dando clase. Porque algunas veces se te ocurre algo con ingenio, pero sólo algunas veces. Esta que cuentas es de las que te recuerdan los alumnos cuanto te encuentras con ellos pasados los años.

Os cuento una que me recuerdan algunos cuando me ven.

Escribiendo mis números en el encerado, con tanta energía, que se parte la tiza y del susto de lo inesperado, se me cae al suelo y se rompe en varios trocitos.

Ya se iban a reír, alguno ya lo estaba haciendo por mi torpeza.

Me doy la vuelta y les pregunto ¿A qué no sabéis por qué a esto se le llama tiza?.

Silencio total (ese que no consigues cuando explicas cualquier otra cosa del programa) .

Porque cuando se cae al suelo se " descuar-tiza"

Pedro Mendigutxia dijo...

A mi el otro día se me cayó la pizarra en la cabeza. Después del alboroto correspondiente y rehechos el yo y el ello, pasadas las risas y sus derivados, una voz masculina dijo desde el fondo (del corazón, no del aula): si es que no se puede poner tanta pasión en todo. Y un escalofrió me recorrió el espinazo. ¿Qué me queda por vivir?

Blanca dijo...

Pues te queda, amigo; te queda.

Que habiendo estado hablando durante la evaluación del "meningococo" y dos temas más atrás de "la dieta mediterráne", un alumno me habló en su examen de "la dieta del mingo".
Me lo tomé, como una contracción entre "meningo y dieta", y hasta hice unas risas con el "mocete" en custión.
Unos días más tarde: ¡craso error!!!, se me ocurrió buscar el término en google, pensando, incauta de mí, que a lo peor, había algo que no controlaba sobre la dieta saludable.
La cara de boba que se me quedó es indescriptible.
Obviamente no volví sobre el tema. Quizás así
-pensé- todavía crea que me hice "la sueca". (No sé si aquí "sueca" es apropiado; pero es lo primero que me ha venido)