lunes, 15 de junio de 2009

trabajo divino


Dios ha pasado el fin de semana en Catalunya. Trabajando, eso sí. El sábado estuvo en Montilivi, que es el campo del Girona. Me enteré cuando la comentarista de la SER dijo que Manolo, jugador del Tenerife, paseaba su euforia medio desnudo por el césped al acabar el partido, festejando el recién conseguido ascenso a primera división. Llevaba colgando del cuello una estampa del patrono de su pueblo. Un patrono es como un subdelegado del Gobierno (antiguos gobernadores civiles) pero en divino. Pues bien, a las preguntas de la periodista, extrañada por esta expresión confesante, Manolo dijo que él no creía ni practicaba, pero que "ese tío, hoy, se ha portado". No sabemos si se refería a Dios o al patrono, pero a los efectos de este pequeño apunte reflexivo, lo mismo da. Y como Dios es alegre y joven, y allí en Girona había mucho cachondeo, yo entendí todo aquello como una efusión de gozo trascendente.

No se dónde durmió, en los próximos días nos enteraremos de algún milagro nocturno en la zona del Montseny, pero a la mañana del domingo se fue a ver las motos a Montmeló, donde tenía lugar el Gran Premio de Catalunya. Al parecer, tenía un asunto pendiente con el demonio ese de Simoncelli. Me he enterado esta mañana, al leer la crónica de El Correo: "Alvaro Bautista aprovecha el castigo divino a Simoncelli", titulaba. Y luego, en la crónica, decía que "Dios castigó a Simoncelli con un empujón invisible caído del cielo, similar al que el italiano propinó a Bautista en Mugello" (quince días atrás, en ese circuito italiano, el tal Simoncelli empujó a Bautista con su moto, haciendo que este se saliera de la pista y perdiera la posibilidad de ganar la carrera). Es increíble. Que tenga que ocuparse el mismísimo Altísimo de estos trabajitos.

Y así nos va. Si Dios no descansa el fin de semana, cómo va a estar el resto de la semana a lo que tiene que estar...

3 comentarios:

ANA dijo...

bueno siempre hay alguien para salvarnos aitatxu... SIEMPRE!

Débora dijo...

Es impresionante la paradoja entre la confesión de ateísmo generalizada hoy día, que se lee como algo liberal y progre, y el uso que hacemos todos (ateos progres y cristianos)de Dios en nuestro lenguaje. Es una pena que sigamos utilizando expresiones que distancian a Dios y lo dejan en su trono allá en el cielo mientras todos esperamos expectantes a que mueva su brazo y cure una enfermedad, ganemos un partido, nos de fe para soportar el castigo que nos ha enviado...
Y mientras nos perdemos al Dios "debilidad" que está a nuestro lado, llorando, riendo, dándonos fuerzas, incapaz de castigar, abriendo su corazón a todos, paseando, estudiando, cocinando...
Estoy contigo, Ana, siempre hay alguien para salvarnos. Porque... ¿qué salva más a una persona que sentirse profundamente querida?
Que Dios os siga bendiciendo a todos... en lo cotidiano.

Pedro Mendigutxia dijo...

Y que nos guarde de bajar a segunda división, que la virgen de Begoña está asfixiada de trabajo.