miércoles, 3 de junio de 2009

Prevención de riesgos laborales


Hay días en los que uno no aprende nada. En los que no le pasan cosas que no le hayan pasado antes, ni buenas ni malas. Pocos, es verdad.

Pero otros días desbordan de aprendizajes útiles para la vida de cada día. Como ayer.

Aprendí a poner bien los dedos de los pies para no andar sujetando con ellos el zapato. También descubrí que cinco de mis seis pares de zapatos (tengo uno para cada una de los seis tipos de ocasiones en los que se subdivide mi vida) son de un número mayor que el que calzo. Algunas veces porque los heredo, y otras porque los compro en Merkal, a veinte euros el par, y si no hay de mi número, compro otro, que por ese precio... Bueno, en realidad yo es que no tengo número, porque calzo el 42 y medio largo, casi 43, pero esa talla no existe. Asi que ahora estoy escribiendo esto con una mano y tirando los zapatos a la basura con la otra. Con lo del curso de desintoxicación me estoy quedando sin blanca, así que a ver si aguanto con las chancletas hasta noviembre.

También aprendí a comprimir el abdomen, lo cual sirve para agarrar una bicicleta y el escurre - verduras que me regaló Carmelo y que está al fondo del último estante, donde mi mujer coloca todo lo que es inútil en la cocina. Claro, porque a ella le da igual que la lechuga tenga un poco de agüilla, pero a mi no. Si no comprimes el abdomen, al agarrar una cosa se te desparraman los michelines. Y aunque no pones en riesgo tu salud, queda superfeo.

Finalmente, y esto si que fue importante, descubrí que si se está quemando el ordenador, y para apagar el fuego le echo encima toda la carga de un extintor de polvo, se estropea y ya no vuelve a funcionar jamás. Ni aunque le cambies el disco duro. Y como tenía un ordenador viejo que me regaló mi suegro hice la prueba de prenderle fuego (costó un rato) y dejarlo arder hasta que se consumió. Y es verdad. Tampoco funcionaba, pero conseguí salvar la tecla de la E - € y un giga. Y los he guardado para cuando los necesite.

3 comentarios:

Bego dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sofia dijo...

Ahora entiendo todos los males físicos que te aquejan estos últimos meses.
¿Cómo puedes hacer tan poco caso al calzado que usas?.
¡Peso si son la base que sustenta tu organismo! Tener una mala base, parece mentira que lo ignores, provoca grandes desarreglos de todo tipo.
¡Lo mismo te hacen repetir curso de prevención laboral!
Aunque por otro lado, si te cogen los japoneses, te atizan los fosforitos verdes esos ¡y a iluminar las discotecas! Novedad: psicodelia por el suelo; con tus dos 43, todos encuentran los mecheros y los móviles perdidos. ¡Un chollo!

Blanca dijo...

Pues es una pena, "la falta de sensibilidad"de tu mujer ante los regalos que te hacen los amigos. A mí me regaló una amiga el artilugio que mentas, y he decidido colocarlo en el armario, según abres. No sé vivir sin él ¡ni color con el scott bryte!