martes, 21 de abril de 2009

Justicia Universal


Mira que es bonito el nombre. Justicia universal. Es como decir que no habrá un sitio bajo el cielo en el que puedan esconderse los responsables de delitos contra la Humanidad.

Se habla mucho de ello estos días porque se ha presentado una querella en la Audiencia Nacional contra “los seis de Bush”. Estos eran unos “ingenieros jurídicos” (otra bonita expresión, que a lo mejor yo soy un “ingeniero pedagogo” y no he dado cuenta) a los que alguien contrató para que encontraran la forma de violar los derechos humanos sin violar la Constitución de los Estados Unidos. Empeño difícil y cabrón donde los haya. Pero se pusieron a ello y algo sacaron.

Hay quien se pregunta si no se estará aplicando de manera poco prudente ese nuevo principio, si no estará generando la reacción contraria a la que busca, que es acabar con la impunidad. De hecho, en América ya hay internautas pidiendo que algún juez yanqui pida cuentas a los españoles por 500 años de expolio en el subcontinente sur, y en la CIA acusan a Obama de cometer un grave error táctico al revelar al enemigo las armas de guerra. Las técnicas de tortura, vamos.

También hay quien dice que perseguir a estos seis individuos es cosa de personas con poca masa encefálica, o de baja calidad, y que los osados gilipollas chocarán contra el principio de “obediencia debida”, que hará que los seis se vayan de rositas. Y que no se pueda llegar a los que les hicieron el encargo, porque tan arriba no llega ni la justicia de los hombres ni la de Dios. Así que mejor dejarlo como está y quedarse en casa. Y así no hace uno el ridículo.

A lo mejor no soy el más indicado para hablar, porque ese principio (según el cual hay que hacer caso al que tiene más estrellas en la gorra aunque no tenga razón) y yo nos llevamos a matar. Así me arrestaron muchas veces en el Ejército y por eso me fui del Seminario. Y por eso escribo en ratos sueltos. Para decir hoy que lo más prudente sería que la Audiencia Nacional, en contra del criterio de la Fiscalía, admitiera a trámite la dichosa querella. Que lo más prudente sería citar a declarar a esas personas, poniendo así en un compromiso a la Administración estadounidense. U obligándoles, para evitarlo, a abrir ellos mismos las diligencias. Estaría bien.

Sí, yo creo que eso sería lo más prudente. y estoy seguro de que sería lo más decente. Por lo menos hasta que la globalización, esa que anda pavoneándose por ahí, enseñoreada en lo financiero, llegue al ámbito de la justicia, y el Tribunal Penal Internacional pueda perseguir en todo el mundo a los criminales. Aunque sean ingenieros. Y jurídicos


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